DESCOORDINACIÓN ENTRE LOS SEIS CUERPOS DE POLICÍA DE BRUSELAS
La policía griega ha reconocido que hace 14 meses enviaron a Bélgica una memoria USB con un mapa del aeropuerto de Bruselas que encontraron en un piso franco de Atenas, por el que había pasado Abdelhamid Abaaoud, el supuesto coordinador de los atentados de París.
Estos nuevos datos han vuelto a poner en duda a las autoridades belgas y son muchas las preguntas que están en el aire sobre la actuación policial y sobre cómo se afrontó la crisis tras los atentados de París.
Pese a que otros países habían alertado a Bélgica de un posible ataque, las autoridades no elevaron el nivel de alerta ni paralizaron la capital como hicieron después de la masacre de París. Tampoco aprovecharon el interrogatorio a Salah Abdeslam para obtener mas información.
Entre el viernes, día del arresto, y el martes, día de los atentados, Abdeslam sólo confesó durante una hora. Hasta entonces, había pasado cuatro meses oculto en su barrio de siempre, gracias en parte a que no fue detenido cuando regresó a Bélgica tras atentar en París y a que no pudieron arrestarle en una operación posterior porque una ley impedía los registros nocturnos.
Su feudo de Molenbeek, el gueto que las autoridades belgas reconocen fuera de control, le dio cobiijo. Allí tienen base y refugio un centenar de potenciales terroristas entrenados por Daesh. Entre ellos estaba Ibrahim El Bakraoui, uno de los suicidas del aeropuerto que Turquía entregó a Bélgica el año pasado y Bélgica dejó libre.
Ahora se investiga también si hubo negligencia en el manejo de un dato fundamental. La policía sabía del paradero de Abdeslam desde diciembre pero no compartieron la dirección con los servicios antiterroristas. Unos fallos de inteligencia, pistas perdidas y descoordinación entre los seis cuerpos de policía de Bruselas.
Cuando el martes el primer ministro belga dijo que su temor se había hecho realidad, asumía con ello que habían sido incapaces de evitarlo.