MUCHOS VEN SU RETORNO AL KREMLIN
El primer ministro es el nuevo 'Madelman' de los rusos. A pecho descubierto, le encanta mostrar su torso desnudo, recorre praderas, juega a científico o imagina que es Johnny Weissmuller o Indiana Jones bajo el agua.
Vladímir Vladímirovich es capaz de sumergirse a dos metros de profundidad en el Mar Negro y encontrar un ánfora griega. Con tal suerte, no es de extrañar que los rusos le adoren.
El antiguo jefe de los temidos servicios secretos es un tipo duro que dobla sartenes, se rodea de mujeres florero y gana pulsos, aunque para ello tenga que obstaculizar la creación de nuevos partidos políticos, controlar a los periodistas molestos o terminar con la vida de 129 rehenes, como cuando ordenó gasear el teatro Dubrovka, en poder de terroristas chechenos. La diplomacia estadounidense le llama Batman, él prefiere verse como James Bond.
Los analistas consideran que Putin está preparando el terreno para retornar al Kremlin en las elecciones de 2012 tras ceder ese cargo en mayo de 2008 a su delfín Dmitri Medvédev, que no ha conseguido deshacerse de la sombra de su padrino político.
A siete meses de las elecciones presidenciales, Putin sigue sin aclarar si será de nuevo candidato. Pero no le hace falta, lleva en campaña desde que cedió el protagonismo Dmitri Medvédev.