EN AUSTRALIA
Un cañon dispersador de camisetas, propiedad de un equipo de baloncesto, ha sido confiscado por la policía tras considerarlo un arma de fuego y que el club no lo estaba usando de forma legal, al no tener licencia.
El equipo Townsviiles de Queensland ha utilizado el cañon durante una década, para repartir camisetas de forma gratuita entre la aficción de su equipo. Pero este año, una carta de la Policía de Queensland ha terminado con la tradicción.
Según informa el Daily Mail, la carta decía que su arma de fuego "categoría B" debe ser objeto de renuncia o en caso contrario, el enjuiciamiento seguiría.
La policía ha informado al club, que el arma debe tener licencia para un titular de arma de fuego, y que por eso no podrían utilizarlo en sus partidos, porque no cumplen con los criterios de uso.
El director del club, Robert Honan, ha expresado su decepción pero ha afirmado que "cuando la Policía escribe esas cartas, hay que regirse por ellas". También ha añadido que "hay un alto nivel de consternación dentro del equipo". Asegura que "el cañón es parte clave del entretenimiento en el día a día del partido para el equipo y la aficción".
Durante diez años, el cañón ha sido utilizado por el equipo más de mil veces, y ninguna de ellas ha ocasionado lesiones o daños. Por eso, el director asegura que "estamos trabajando en un plan B, pero no hay nada concreto todavía", "estamos buscando otra opción para devolver la alegría a la multitud".
Un portavoz de la policía de Queensland ha afirmado que el arma no había sido confiscada antes, porque no eran conscientes de su peligro.
Otras armas consideradas de fuego por la Policía de Queensland son los rifles.