PLAN DE EMERGENCIA
18 millones de personas se asfixian estos días en la capital china, tras alcanzar los mayores niveles de polución de su historia. Los peatones, los ciclistas y aquellos que viven de su triciclo, como medio de transporte, se juegan la vida con cada aliento y pedalada.
La nube de polución cubre la capital y otras 17 provincias, algo habitual con lo que conviven millones de chinos, ayudados por sus mascarillas. Un día como hoy, en Pekín, en el que la contaminación no es muy alta, los índices marcan 182, el triple de lo que en España es considerado como dañino para la salud.
Una atmósfera irrespirable provocada por el humo de los coches y el carbón que los chinos usan para calentar sus casas. La presión social ha obligado a las autoridades chinas a tomar medidas drásticas: Se han prohibido las actividades al aire libre, se han paralizado las obras y limitado la producción industrial.