PROPAGANDA EN TV
Gadafi es un experto en el manejo de la información y de la propaganda. Su principal vehículo para conseguirlo es la televisión estatal que él mismo controla. La que ahora emite imágenes de un hospital en la que se muestran supuestas víctimas provocadas por los cazas extranjeros.
Es la otra ofensiva de Gadafi: la conocida como guerra psicológica. En un país sin apenas internet, sin canales privados de radiodifusión y sin prensa libre, la televisión pública tiene una presencia omnipresente.
Para los libios que quieran alejarse del pensamiento oficial la única alternativa es apagar el receptor. Es por ello que desde que comenzó la revuelta el pasado 15 de febrero y aún más intensamente desde ayer, el régimen de Gadafi exprime a fondo su medio de comunicación más importante.
En las últimas horas, la pequeña pantalla sólo muestra contenidos con un objetivo: mostrar que Libia está siendo víctima de una cruzada internacional. Los reportajes hacen especial hincapié en la situación de los hospitales de Trípoli donde un responsable del régimen se interesa por la situación de las víctimas en la ofensiva iniciada ayer.
"La televisión tampoco cesa de mostrar imágenes en las que muestran los abusos que los soldados norteamericanos cometieron en Irak y que, alertan, se podrían repetir en Libia.
También se dan falsas noticias que intentan subir la moral de sus seguidores, como ayer cuando se aseguraba que un caza francés había sido abatido. El Elíseo ha confirmado que todos sus aviones regresaron a las bases.
Toda esta propaganda está surtiendo efecto. Centenares de personas rodean el palacio presidencial, día y noche, dispuestas a dar su vida por Gadafi. Alentados por su hija Aisha, muchos de ellos ya se han ofrecido como escudos humanos y preparados para combatir casa por casa.