TERMINA LA PROTESTA EN EL VATICANO
Llevó la defensa de su negocio hasta la mismísima cúpula del Vaticano. Finalmente ha conseguido una reunión con el Ministro italiano de Turismo.
"Cuando se no hay dialogo, no hay democracia. Por eso se tiene el derecho a protestar en voz alta", dice el afectado.
El empresario subió las escaleras de la cúpula de San Pedro como un turista más y evitando la seguridad consiguió llegar al tejado. A 130 metros de altura con su pancarta desplegada, ha permanecido 27 horas.
"Es una acto de desesperación, esperamos que esto no sea lo normal para la gente", dicen muchos en la calle.
No era la primera vez que lo hacia, en marzo estuvo tres días subido a una grúa en el puerto de Trieste. Finizio, que reconstruyo su restaurante después de un incendio, lucha para no perderlo todo por la normativa europea que permite la subasta de esos terrenos.