REVUELTAS EN EL MUNDO ÁRABE

La comunidad internacional presiona a Rusia para que la ONU condene a Siria

Hillary Clinton asegúró que "en el proyecto de resolución no existe ninguna intención de imponer ninguna autoridad ni de llevar a cabo una intervención militar de ningún tipo en Siria".

Las grandes potencias internacionales y los países árabes incrementaron su presión sobre Rusia en la ONU, donde apostaron porque el Consejo de Seguridad rompa el silencio ante la violencia en Siria y pida la salida del presidente Bachar al Asad, a lo que se opone Moscú.

Los responsables de la Liga Árabe urgieron a ese órgano de la ONU que apruebe una resolución en apoyo a su plan de transición para Siria y que presione a Al Asad para que detenga la represión y abandone el poder, a lo que se opone Moscú, que con su derecho a veto tiene la clave para aprobar o no un texto.

"La realidad sobre el terreno demuestra que el baño de sangre no se ha detenido, que la máquina de matar está todavía en marcha y que la violencia se extiende", señaló ante el Consejo el primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani, en nombre de la Liga Árabe, representada también por su secretario general, Nabil al Arabi.

Ambos pidieron una rápida reacción del Consejo, es decir la aprobación de la resolución presentada la semana pasada por Marruecos con el apoyo de los países europeos más Estados Unidos, y un texto que, según fuentes diplomáticas, cuenta con una mayoría (al menos nueve votos a favor) para ser aprobada. "Siria se opondrá firmemente a sus enemigos", respondió el embajador sirio, Bashar Jafari, tras oír la petición de la Liga Árabe, a la que acusó, junto a los países occidentales, de fomentar la crisis de su país.

Rusia reiteró su rechazo a la apuesta árabe y occidental, al señalar que "el Consejo de Seguridad no puede imponer los parámetros de un acuerdo político interno, porque no tiene ese mandato" y defendió que "las partes enfrentadas deben iniciar un diálogo por ellas mismas en lugar de ser intimidadas para ello".

Su embajador, Vitaly Churkin, reconoció, sin embargo, que el texto marroquí incluye algunos puntos que su país ya defendió en su propio propuesta de diciembre pasado, por lo que dijo que tiene "la esperanza" de que el Consejo de Seguridad alcance "el consenso" sobre el problema sirio, "ya que es posible y necesario".

"Las palabras del representante ruso abren la posibilidad de diálogo y debate sobre el texto marroquí. Esperamos lograr un acuerdo en los próximos dos días", dijo a la salida de la reunión el ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé, quien en su intervención señaló que "el silencio del Consejo de Seguridad sobre Siria ha sido hasta ahora escandaloso".

Indicó que "ya no hay más tiempo que perder" y lamentó "el horror causado por la salvaje represión en Siria", que ha causado al menos más de 5.000 muertos en menos de un año, en cuya memoria exhortó al Consejo "a votar sin demora un texto que impulse un proceso político que acabe con la pesadilla siria".

En conferencia de prensa posterior, Juppé indicó que "no es completamente imposible que en los próximos días se acerquen las posiciones", al tiempo que declinó referirse a las alternativas que pueden plantearse de no superarse el bloqueo ruso. El mensaje común de los países occidentales fue el de resaltar que ya ha llegado la hora de que el Consejo de Seguridad actúe y condene a Damasco antes de que la situación sea irreversible por completo, por lo que a partir de mañana impulsarán las negociaciones sobre la propuesta marroquí.

Árabes y occidentales, de acuerdo
En tono conciliador hacia Rusia, árabes y occidentales destacaron que su apuesta para superar la crisis siria no incluye un "cambio de régimen", algo que decidirán los propios sirios, ni tampoco abre la puerta a una intervención militar exterior. "Estados Unidos está preparado para trabajar con todos los miembros del Consejo para aprobar una resolución que apoye los esfuerzos de la Liga Árabe y poner fin a esta crisis, defender los derechos de los sirios y restaurar la paz", dijo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, durante la reunión.

Clinton indicó al final de la reunión que "en el proyecto de resolución no existe ninguna intención de imponer ninguna autoridad ni de llevar a cabo una intervención militar de ningún tipo en Siria", al tiempo que apostó porque el Consejo alcance un acuerdo en los próximos días.

El canciller guatemalteco, Harold Caballeros, señaló que, si la iniciativa árabe no prospera, los países estarían "faltando a sus obligaciones", al tiempo que alertó de "previsibles repercusiones internas e internacionales sobre la paz y la seguridad".

Colombia, el otro país latinoamericano en el Consejo, condenó por su parte "la violenta represión" del régimen sirio hacia los manifestantes que ejercen "sus derechos" y mostró su apoyo total a "los esfuerzos de la Liga Árabe", en una intervención de su embajador ante la ONU, Néstor Osorio.  A partir de mañana, los quince países del Consejo seguirán negociando sobre el texto marroquí, que pide a Al Asad que traspase el poder a su vicepresidente para iniciar un proceso de transición que lleve a celebrar "elecciones transparentes y libres".

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