LA INVESTIGACIÓN VA APORTANDO DATOS FUNDAMENTALES
La policía de Shanghai ha reconocido que este fin de año desplegó menos agentes en la zona, porque esperaba menos asistencia. Los 1.200 efectivos adicionales no fueron suficientes para controlar a las más de 300.000 personas que celebraban el año nuevo. Las autoridades tampoco cerraron las estaciones de metro cercanas al lugar donde murieron 36 personas.
Entre las víctimas, casi todas jóvenes veinteañeras, hay un niño de doce años. Tian Ye estaba cerca con sus amigos, cuando escuchó gritos. "Vi a una mujer, de unos treinta años que se desmayaba y comenzaba a hechar espuma de su boca. Una chica comenzó a realizarle un masaje cardiaco", recuerda.
Cuarenta y nueve personas siguen hospitalizadas, trece de ellas en estado grave. La avalancha humana se produjo en el corazón histórico de Shanghái, poco antes de la medianoche.
Según declaraciones de muchos supervivientes, el siniestro se originó en las escaleras de una plataforma elevada que daba a un conocido paseo. Otro testigo recuerda cómo la zona estaba llena de gente y "era difícil dar la vuelta. Casi no se podía respirar".
La policía ha desmentido que el lanzamiento de falsos billetes desde edificios cercanos provocara la tragedia. El gobierno ha abierto una investigación para aclarar las causas del siniestro.