CON EL OBJETIVO DE QUE LOS TERRORISTAS PIDAN PERDÓN
El plan Integral de Reinserción de presos terroristas del Ministerio del Interior contempla también encuentros entre los presos de ETA y sus víctimas con la idea de que los asesinos pidan perdón, según el contenido íntegro de esta iniciativa.
En cualquier caso, el perdón no es un requisito para acceder a este programa, sino para tener acceso a beneficios penitenciarios como el tercer grado. Los talleres se realizarán "preferentemente en centros ubicados en el País Vasco".
"La Administración Penitenciaria debe arbitrar los procedimientos para que las víctimas que así lo deseen, puedan recibir el perdón de los penados dispuestos a pedirlo. A tal fin, en el programa se contemplan encuentros destinados a satisfacer esta exigencia legal", dice el desarrollo de este plan en el punto denominado 'Encuentros de reparación a las víctimas'.
"Los mecanismos buscan la reparación moral y material de la víctima"
El etarra que pida perdón deberá ser el autor material o un colaborador directo
El programa elaborado por Interior especifica que "la aceptación del encuentro partirá siempre de la víctima, que tendrá que ser la directamente perjudicada por el delito o sus allegados más cercanos". "De la misma forma, el penado que otorga el perdón tiene que ser el autor material o el cooperador directo del hecho delictivo que ha causado el daño", añade.
Garantiza el plan que estos encuentros irán precedidos "de la preparación necesaria para que, en ningún caso, esta actividad pueda suponer un incremento del estado de aflicción de la víctima" y argumenta que "la reparación victimológica no debe considerarse un cuerpo extraño en el tratamiento penitenciario, antes al contrario, debe entenderse como una parte esencial del cumplimiento de la sanción penal impuesta, porque puede coadyuvar a conseguir el objetivo resocializador de la pena privativa de libertad".
"Los mecanismos para hacer posible la reparación de la víctima son además de la reparación material, la reparación moral. Esta reparación moral enmarcada dentro de un programa de tratamiento podría alcanzar objetivos muy positivos en nuestro sistema de ejecución penal, tanto para la víctima como para los terroristas", zanja este punto del programa.
Fomento de las actividades que suplan "las carencias del preso en prisión"
Esta iniciativa es parecida a la que ya en la legislatura pasada el Gobierno socialista puso en marcha en colaboración con el Ejecutivo vasco en la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca, donde se agrupan los presos desvinculados de su pasado criminal.
Para el desarrollo de estas actividades, Interior indica que "se podrá solicitar la participación de personas o instituciones que, desde la pluralidad, hayan obtenido reconocimiento o relevancia social en la defensa de los valores que hayan contribuido a la erradicación de la violencia como legitimadora de cualquier idea, que hayan apoyado el reconocimiento del dolor de las víctimas o que hayan contribuido a la consolidación de los derechos y libertades que identifican nuestro Estado de Derecho".
A juicio de los promotores de la iniciativa, el tratamiento penitenciario "tiene como objetivo general suplir las posibles carencias con las que el recluso ingresa en prisión". Por ello "se prestará especial atención a la realización las actividades culturales, formativas y laborales que vayan encaminadas a la capacitación socio-profesional del penado, que le permitan afrontar sus necesidades futuras en la vida libre y que contribuyan a una mejor inserción social el día que obtenga la libertad".
"A estos efectos, se podrán utilizar las fórmulas de acceso del penado a recursos externos, cuando cumplan los requisitos legalmente exigidos", indica.