TRAS DOS GRAVES CORNADAS
El diestro Miguel Ángel Perera, que el martes sufrió dos gravísimas cornadas en el abdomen en Salamanca, ha abandonado la UCI de la clínica de la Santísima de Trinidad de la capital salmantina, para pasar a una habitación de planta del mismo centro hospitalario, aunque en un régimen exento de visitas.
Así lo ha confirmado a Efe fuentes de su entorno, además del cirujano jefe de la plaza de toros de Salamanca, el doctor Luis Ortega, quienes aseguran que el hecho de que Perera haya podido salir de la UCI tan sólo 48 horas después de una las cornadas más graves de la temporada, es "casi un milagro".
No obstante, que el torero de la Puebla de Prior (Badajoz) esté descansando ya en una habitación de planta no significa "que haya que bajar aún la guardia", motivo por el que tanto él como los médicos que le atienden hayan decidido restringir las visitas únicamente "a su mujer, familia y apoderado", han señalado las fuentes.
La evolución, no obstante, sigue siendo estable, no ha aparecido fiebre, que denote la posibilidad de alguna infección en la herida, y su estado de ánimo es bueno y, aunque aún es muy pronto para vaticinar con precisión los plazos de recuperación, los médicos auguran que en 20 días podría estar ejercitándose y en un mes tentando.
Perera sufrió el martes una espeluznante cornada por el tercer toro de la corrida de la Feria de Salamanca, que le prendió de lleno junto a las tablas a la altura del bajo vientre cuando lo recibía de rodillas con el capote.
El parte tras la cornada señalaba que el torero había sufrido dos cornadas en el abdomen, con disección de la arteria ilíaca y desgarro de los músculos oblicuo mayor, oblicuo menor y transverso, de pronóstico muy grave.