El pazo fue propiedad de un narcotraficante
Enmarcado en un paisaje paradisíaco se erige el que fue uno de los mayores símbolos del narcotráfico. 9.000 metros cuadrados por recorrer. La gente que vive en el Pazo de Baión es gente que tiene mucha iniciativa, ganas de recuperar el tiempo perdido.
En total hay diez exdrogodependientes en proceso de rehabilitación que trabajan en estas 22 hectáreas recogiendo unos 100.000 kilos de uva. Ellos aseguran que la iniciativa es muy positiva, que les ayuda en todos los sentidos.
Durante el trabajo, el silencio solo se rompe con cada corte que Manolo, hace a los racimos de estas viñas. Si vuelve la vista atrás, asegura que todavía se descubre en este mismo lugar, entonces su jefe era el narco gallego Laureano Oubiña.
Como él son muchos los que trabajaban en esas tierras para uno de los mayores narcos de España. Hoy, tras un largo camino, recogen el fruto de los viñedos que ellos mismos han visto crecer.