"UN CRIMEN COMO JAMÁS HABÍA VISTO"
"Carnicería sistemática". Así definen los periodistas extranjeros la feroz represión que sufre la población siria, y que con tres corresponsales muertos y dos heridos han padecido en carne propia. Aseguran que ellos también se han convertido en objetivo del régimen de Al Assad.
"Una docena de los 300 proyectiles que cayeron en un día nos tenían a nosotros como blanco" aseguraba anoche el fotógrafo William Daniels a su llegada a París, en compañía de la redactora Edith Bouvier. Todos los correponsales que han logrado salir con vida de esa pesadilla, incluido el español Javier Espinosa, destacan el heroismo de ciudadanos anómimos que han llegado a perder la vida por ayudarles. El británico Paul Conroy, añade que la situación de Siria se asemeja a los genocidios en Bosnia y Ruanda de los que también fue testigo.
"Esto no es una guerra. Es una masacre. Una vez más, el mundo asiste sin hacer nada a un crimen como jamás había visto", afirma emocionado Conroy, que insta a la comunidad internacional que actúe de inmediato. Insiste en que, mientras realiza estas declaraciones, hay civiles inocentes que están pereciendo.
Cruz Roja ha responsabilizado a las autoridades de Damasco el haber bloqueado el viernes la llegada de siete camiones de víveres y medicamentos para asistir a la desesperada población de Homs.
Por su parte, el secretario de Naciones Unidas, Ban-Ki Moon, no ha ahorrado calificativos para denunciar esta tragedia. El embajador sirio ante la ONU le ha respondido diciendo que sus acusaciones son un mar de mentiras.