Al final han tenido que claudicar de su objetivo de atracar en Gaza. Son los 11 activistas y los 8 tripulantes descendiendo del Rachel Corrie, tras su llegada al Puerto israelí de Ashod.
Horas después, han sido trasladados al centro de detención del aeropuerto Ben-Gurión de Tel-Aviv. A pesar de la oposición inicial de los irlandeses, finalmente todos los cooperantes han aceptado firmar el documento de repatriación voluntaria. Concluye así -al menos, de momento- el pulso por romper el cerco sobre la franja de Gaza que desde hace una semana mantienen las organizaciones humanitarias con el gobierno de Israel.
Hoy, la tensión en la reunión del ejecutivo hebreo era patente. Ha sido su peor semana desde que Benjamín Netanyahu accedió al poder hace 14 meses. Pero a pesar del aluvión de críticas, Israel no piensa levantar el bloqueo. La situación en Gaza, un territorio de apenas 340 kilómetros cuadrados en el que viven confinadas un millón y medio de personas, es dramática. "Esperábamos la ayuda, ya que alguien está viendo el sufrimiento de nuestros niños, de nuestros enfermos.
Es injusto que los israelíes nos hagan esto. Ya está bien de bloqueo. La gente de Gaza estamos hartos". Miles de personas se manifiestan este fin de semana por todo el mundo, contra la política de Israel en este territorio gobernado por los radicales islámicos de Hamás.