EN EL ESTE DE AFGANISTÁN
La misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) ha matado a Sabar Lal Melma, un viejo preso de Guantánamo responsable de ataques y financiación de las operaciones de los insurgentes en el distrito de Pech, de la provincia de Kunar, y mantenía contactos con jefes de Al Qaeda en Pakistán.
Una fuerza conjunta de las tropas afganas e internacionales localizaron al cabecilla muyahidín en una vivienda del distrito de Yalalabad tras obtener información proporcionada por residentes de la zona.
Melma, de 50 años, fue detenido durante un consejo tribal en 2002 y enviado al penal de Guantánamo, sospechoso de haber protegido a "nueve árabes" que huían de las tropas de EEUU al sur de Tora Bora, de acuerdo con archivos del penal filtrados por el portal Wikileaks. Ese archivo no precisa si Bin Laden, fallecido en mayo en una operación encubierta de las fuerzas especiales de EEUU en Pakistán, estaba entre los árabes a los que ayudó Sabar Lal, a quien además se relaciona con los servicios secretos paquistaníes.
Sabar Lal Melma, considerado un sospechoso de rango "medio", fue repatriado a Afganistán en el año 2007, y según la ISAF retomó su actividad como señor de la guerra en Kunar, una conflictiva provincia que limita con las áreas tribales de Pakistán.
En lo que va de año la OTAN ha capturado o acabado con las vidas de "más de 40 insurgentes de Al Qaeda" en el este de Afganistán. El caso de Lal Melma es representativo en Afganistán, donde muchos pequeños y medianos señores de la guerra se han caracterizado por políticas variables de alianzas para asentar su poder local, basado en lealtades étnicas y ajenas al estado de derecho.