ANUNCIO UNA PRUEBA NUCLEAR
Kim hizo esta advertencia durante una reunión con la cúpula de seguridad del régimen comunista, según informó hoy la agencia estatal norcoreana KCNA, que no precisó la fecha de ese encuentro ni detalles sobre el tipo de medidas decididas por el jefe del régimen. Sin embargo, la agencia señaló que el joven Kim Jong-un, que llegó al poder tras la muerte de su padre, Kim Jong-il, en diciembre de 2011, transmitió "tareas específicas a los oficiales implicados".
Para los medios de prensa surcoreanos, todo apunta a que las mencionadas tareas están referidas a los preparativos para la anunciada prueba nuclear, que sería la tercera del empobrecido y hermético país comunista desde 2006. Corea el Norte anunció su intención de llevar a cabo un ensayo atómico después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara, el pasado martes, 22 de enero, una resolución para estrechar las sanciones a Pyongyang por el reciente lanzamiento de un cohete de largo alcance. Además, el régimen norcoreano cerró las puertas al diálogo para su desnuclearización y aseguró que proseguirá con sus lanzamientos de cohetes de largo alcance y misiles, acciones que, aseguró, están dirigidas contra su "enemigo jurado" Estados Unidos.
La agencia KCNA, que difundió hoy una fotografía del joven Kim reunido con los siete altos cargos de seguridad y exteriores, explicó que el líder norcoreano recibió un informe sobre la "grave situación" en la península coreana. "En la reunión (...) expresó la firme resolución de adoptar importantes medidas de Estado sustanciales y de alto nivel en vista de la situación actual", agregó la agencia, la cual recordó que la postura del país ya la dejaron clara la Comisión Nacional de Defensa y el Ministerio de Exteriores al hablar de "contramedidas físicas".
La resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre las nuevas sanciones fue aprobada con el apoyo unánime de todos los miembros del organismo, incluido China, el tradicional y prácticamente único aliado de Pyongyang. A esto se refirió hoy también aparentemente la agencia norcoreana, al señalar que "diferentes países implicados hicieron esfuerzos para resolver de manera justa el problema y prevenir que la situación se deteriore.
Pero resultó claro que su capacidad tuvo un límite, como admitieron". Pekín, por su parte, ha llamado a las partes a buscar una solución dialogada que garantice la estabilidad en la península coreana, pero también ha dado indicios de que podría reducir su asistencia a Pyongyang si lleva a cabo su anunciada prueba atómica. Tras las sanciones del Consejo de Seguridad el imprevisible país comunista ha elevado su tono con la comunidad internacional, en una de las mayores escaladas retóricas desde que Kim Jong-un, que se calcula tiene unos 29 ó 30 años, asumió el poder hace poco más de un año.
En el centro de su retórica belicista está Estados Unidos, país con el que en ocasiones anteriores el régimen norcoreano ha alcanzado acuerdos que contemplaban asistencia a cambio de compromisos de desarme. El último fue un pacto por el que EE.UU. preveía conceder a Corea del Norte varias toneladas de ayuda alimentaria a cambio de la paralización de su programa balístico y nuclear, pero el acuerdo quedó roto en abril del año pasado cuando Pyongyang efectuó un lanzamiento fallido de un cohete de largo alcance. Está previsto que representantes de Defensa de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón celebren el próximo miércoles y jueves en Tokio su diálogo anual de seguridad, que en esta ocasión estará centrado en gran parte en el programa nuclear y de misiles norcoreano.