ESTABA REALIZANDO LAS LABORES DE DEMOLICIÓN
El milagro ocurrió en Alabama. Un trabajador de la empresa que se encargaba de demoler una enorme chimenea de 55 metros de altura sobrevivió tras quedar sepultado la propia torre.
La grúa excavadora que utilizó para llevar a cabo el derrumbe quedó destrozada. Sin embargo, el operario logró salir andando por su propio pie. La chimenea tenía 113 años de existencia y estaba hecha de ladrillo en casi toda su totalidad.
Se calcula que la espectacular torre podría pesar más de una tonelada. Pese a los daños materiales, se antoja un auténtico milagro que el trabajador sólo se llevase un susto a casa.