EEUU | DE UN DISPARO EN LA CABEZA MIENTRAS DORMÍA

Declaran culpable a un niño por asesinar a su padre, un activista neonazi

El menor, de 10 años cuando cometió el crimen, creció en un ambiente de abusos y malos tratos por parte de su padre, según su defensa. Ahora, con 12 años, podría quedar bajo custodia de un centro correccional.

Un juzgado del condado de Riverside (California) ha declarado culpable de homicidio en segundo grado a un niño de doce años que disparó y mató a su padre, Jeffrey Hall, un activista neonazi, cuando dormía en el sofá de su cuarto de estar, según ha informado el diario 'Los Angeles Times' en su edición digital. El menor de edad, que tenía diez años cuando sucedieron los hechos, en mayo de 2011, también ha sido declarado culpable del cargo de posesión de armas y el juez ha determinado que es capaz de distinguir entre el bien y el mal.

El niño ha sido procesado como menor de edad y podría ser condenado a permanecer bajo custodia en un centro correccional hasta que cumpla 23 años de edad. El tribunal celebrará otra vista para determinar si el menor es trasladado a un centro de detención juvenil gestionado por el Departamento de Correccionales o otro centro correccional o si se le deja en libertad condicional.

El proceso contra el menor de edad, que comenzó en octubre de 2012, se ha centrado en analizar el impacto en su infancia que tuvo el entorno de odio y violencia de su padre como activista neonazi y los psicólogos han planteado la posibilidad de que esas circunstancias provocaran que el niño no se diera cuenta de que matar a su progenitor estaba mal.

El fiscal jefe del distrito, Michael Soccio, argumentó en el juicio que el niño planeó matar a su padre por el miedo a que se divorciara de su madrastra y acabara con la unidad de la familia y presentó pruebas de que el menor manifestó remordimientos tras el asesinato. Por su parte, la defensa se centró en la vida de abusos que tuvo el niño en un hogar en el que eran habituales las reuniones de nazis y los juegos con armas. Varios testigos aseguraron que Jeffrey Hall pegaba a su hijo con frecuencia, especialmente cuando estaba borracho o drogado.

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