TATUAJES
A mediados de los noventa sólo se tatuaban los más atrevidos, sin embargo hoy en día se ha convertido en una moda de la que muchos son partícipes, a pesar de que las sesiones son largas y hay zonas del cuerpo especialmente dolorosas.
Según los tatuadores las mujeres son las que resisten más el dolor, aunque tienen ciertos límites a la hora de escoger el lugar, como la línea media de la espalda. También el bolsillo se resiente, ya que un tatuaje puede costar entre 50 y 3.000 euros.
Quitarse un tatuaje supone no sólo un importante desembolso económico, sino someterse a numerosas sesiones de láser para, además, no obtener un perfecto resultado estético.
Esto es lo que opinan los dermatólogos, pero ya sea por estética o por creencias, cada día son más las personas que se atreven a dibujar su cuerpo.