PARA TODAS LAS COMIDAS
Sus burbujas son sinónimo de Navidad. El Champan siempre lo relegamos a los postres y a los brindis. Ahora lo tenemos que compartir toda la comida.
Empezamos con Ostras al Champagne blanco.En una copa con una base helada, una cama de compota de manzana. Encima la ostra troceada, a la que añadiremos dados de piel de limón confitada, piña natural para darle un toque de acidez y por último jengibre.
Un detalle, un pellizco de curri en polvo y otro de comino Y el invitado estrella al final, sobre esta composición el Champagne.
Un mosaico de melocotón de calandaLos trozos de melocotón se emplatan como si fuera una tarrina. Unas pinceladas de gelatina de licor de melocotón para recubrir el mosaico, para matizar el sabor.
Lo adornamos con almendras peladas y remojadas para ablandarlas. Un toque frio, helado de nata, adornado con una hoja de menta y por último un aire preparado con una base de melocotón.
El Champagne como acompañante único en la mesa, una lidia dura con entrantes, platos y postres, y que la final sale vencedor