MÁS DE 12 HORAS ININTERRUMPIDAS
La presentación de las 108 hermandades filiales de la Matriz de Nuestra Señora de El Rocío (Huelva) ha terminado tras más de 12 horas, justo a tiempo de que comenzase el rosario de antorchas por las calles de la aldea. La última hermandad, San Antonio de Portmany, ha pasado ante la ermita de la Blanca Paloma al filo de las doce y media, mientras que la primera lo hacía al mediodía, la sevillana de Villamanrique de la Condesa, cumpliendo el rito de que todas las filiales saluden a la Matriz al inicio de la romería.
Bajo un intenso calor, los representantes de las 108 hermandades filiales han desfilado ante los representantes de la Matriz dispuestos ante las puertas de la ermita del Rocío, un rito presenciado por miles de personas a las puertas del santuario de la Blanca Paloma. La presentación de las hermandades no tiene hora fija para finalizar y mientras algunas filiales invierten escasos minutos por su poca representación, el paso de la de Huelva es esperado por los rocieros como una de las citas más importantes, al son de palmas y gritos de de "Huelva, Huelva, Huelva".
Tras la primera hermandad, el orden estricto lo siguieron, por antigüedad, Pilas, La Palma del Condado, Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Triana, Umbrete y Coria del Río. Cada una de las hermandades filiales tiene su propia historia, desde la creación de las pioneras a finales del siglo XVII o principios del XVIII, cuando Villamanrique de la Condesa apareció como la primera, seguida con similar antigüedad la de Pilas, La Palma del Condado, Moguer y Sanlucar de Barrameda. De la misma fecha son las de Rota y el Puerto de Santa María, que con el tiempo dejaron de existir, para ser refundadas después en el siglo XX. Hasta principios del siglo XIX no apareció la fundación de otra hermandad, la de Triana, en el año 1813, a la que siguieron Umbrete (1814), Coria del Río (1849) y Huelva (1880).
Cumplido con el rito de la presentación, los rocieros han asistido en el domingo romero a la misa en el Real de la ermita, oficiada por el Obispo de la Diócesis de Huelva, José Vilaplana, con la presencia de los capellanes de todas las hermandades. Es el acto religioso más importante del domingo antes de celebrarse en la madrugada siguiente el rosario de antorchas que, una vez finalizado dará vía libre a los almonteños para saltar la reja del santuario y hacerse con las andas de la Virgen del Rocío para iniciar una procesión que, una vez terminada al mediodía del lunes, marcará el final de la romería de forma oficial.