DESDE EL INTERIOR DE LAS VENTAS
Uno de los primeros en llegar es el cirujano jefe. El doctor Garcia Padrós prepara la enfermería y nos desvela un secreto: nunca está en el callejón, ve la corrida a través de la tele.
El riesgo de la muerte hace que los toreros cumplan siempre con su ritual: rezar en la capilla de la plaza.A pocos metros los monosabios se conjuran como un equipo de fútbol antes de empezar el festejo.
Mientras tanto, el guarnicionero repasa los correajes y los picadores, como el salmantino Manuel Vicente, comienzan a tragar saliva ante la responsabilidad que tienen.
Pero en las Ventas la estética predomina siempre y hasta las mulillas de arrastre se ponen guapas.
Y en sus pasillos interiores, las ventas es como una pequeña ciudad. Por ejemplo los bares, los vendedores de almohadillas, el estanco y, cómo no, los souvenirs, donde se venden incluso trajes de luces.
En una plaza de toros el espectáculo está en cada rincón.