PARA VISITAR EN VACACIONES
Bajadas, vueltas y la capacidad pulmonar a prueba. Las ganas de experimentar fuertes sensaciones es lo único que se necesita para subirse la última incorporación al parque. Una montaña rusa en la que un tren minero alcanza los 17 metros de altura. "Entras por un túnel y te echaban como agua, cuando gritabas, está muy bien", afirma uno de los visitantes al parque. El recorrido por la mina abandonada es una acertada manera de descargar adrenalina en familia, entre los más pequeños no hay lugar para el miedo.
Pero a pocos metros de la atracción más novedosa se encuentra la más emblemática del parque. El clásico tiovivo lleva 85 años lleva dando vueltas. Acaba de ser restaurado, se han sustituído las piezas más estropeadas y todo se ha pintado de nuevo."En el tio vivo hay varios estilos artísticos de diversas épocas que se han ido añadiendo. Entonces lo que se ha hecho es una puesta en valor para darle luz, una unidad", explica Félix Riego, artista restaurador. El carrousel, considerado una joya artística, continúa uniendo a todas las generaciones. "De siempre hemos venido, cuando yo era pequeña y ahora traigo a mis hijos", cuenta una de las personas que ya ha estrenado la clásica atracción. Renovado y en todo su esplendor espera seguir dando vueltas muchos años más.