SON HIJOS DE FAMILIAS CON PROBLEMAS
Inma y Vicente son un ejemplo de estas familias que abren las puertas de su casa a los menores más necesitados. En este caso han acogido a un joven de 17 años. "Están muy bien los centros en España, pero cada ocho horas es un educador y aquí, en casa, son 24 horas los 365 días", aseguran.
La mayoría de estos niños han sido abandonados al nacer, han sufrido abusos o vienen de situaciones de maltrato o drogas, es el caso de Vicente, un joven que no conoce a su madre: "No sé nada de mi madre, era drogadicta", explica.
Unos 13.500 niños esperan un hogar en España. Tienen distintas edades y han vivido traumas diversos. Están tutelados por las comunidades autónomas y no pueden ser adoptados hasta que sus padres biológicos renuncien a ellos. Muchos pasan toda su infancia en una residencia porque nadie les quiere.
Un educador explica que lo que un niño necesita es "tener referencias y un amor incondicional" porque con eso "podrás tener herramientas en el futuro".
La acogida es una medida de protección a la infancia distinta a la adopción. Mientras 13.000 niños esperan el cariño de una familia de acogida 7.000 parejas esperan hasta 8 años para adoptar a un niño. Un contraste que marca a un menor para toda la vida.