INCLUYEN DESPEDIR A 30.000 FUNCIONARIOS
El Ejecutivo conservador de Pedro Passos Coelho ha obtenido el rechazo cerrado de la oposición y los sindicatos. Éstos no están dispuestos a respaldar el plan de austeridad que el primer ministro anunció el pasado viernes en una alocución televisada a la polación portuguesa.
Para ahorrar 4.800 millones de euros en tres años, el Gobierno ha decidido reducir las pensiones, añadir un año en la edad de jubilación, hasta los 66, prescindir de 30.000 funcionarios y alargar la jornada laboral en la Administración.
Las grandes centrales y los partidos de izquierda, entre ellos el socialista que encabeza las encuestas sobre intención de voto, acusan al Gobierno de querer insitir en una receta que ha sumido al país en una espiral de recesión y desempleo.
Para el mayor sindicato luso, la Confederación General de Trabajadores de Portugal, las nuevas medidas son brutales y anuncia protestas y movilizaciones este mismo mes. Los socialistas exigen la dimisión del Gobierno.
Para el Gobierno, que tuvo que anular en abril recortes similares por valor de 1.300 millones de euros tras una sentencia de Tribunal Constitucional, estas nuevas decisiones son una cuestión de responsabilidad: el país pidió hace dos años un rescate financiero de 78 millones de euros.