REMÁNGATE Y AL LÍO: ENTRE ESTO Y UNA SALSA COMERCIAL SENCILLAMENTE NO HAY COLOR
Pongamos un invernadero en nuestras vidas y elaboremos unos ricos tomates en conserva que van a alegrar nuestros platos de pasta.
- Quita las ramas de los tomates y lávalos. Introdúcelos en una olla de agua hirviendo, borboteando, durante aproximadamente un minuto, con el objetivo de quitarles la piel. Para facilitar esta tarea, puedes hacer un pequeño corte en forma de cruz en la base del tomate, que hará que salte enseguida.
-Retira los tomates con cuidado, escúrrelos con abundante agua fría y pélalos, con cuidado de que la pulpa no se dañe, pues quedarán mucho mejor.
-Esteriliza los botes de vidrio, asegurándote de que puedan cerrarse herméticamente, tanto los frascos como las tapas. Para ello, coge una olla grande, pon agua a hervir y cuando llegue a ebullición introduce los botes y déjalos unos 5 minutos.
-Corta los tomates por la mitad, trata de eliminar en la medida de lo posible el exceso de agua e introdúcelos en los botes, debidamente secos con un trapo limpio. Aprétalos mucho entre ellos para que no quede aire. También está la opción de triturarlos y conservarlos ya triturados.
-Añade aceite de oliva hasta llegar al borde del recipiente, sal y, si te gusta el sabor, una hoja de laurel o albahaca. La idea es llenar al máximo los botes de tomate y acabar de llenar el espacio disponible con aceite de oliva para que no quede nada de aire en su interior.
-Cierra los botes herméticamente de inmediato.
- Pon una olla con abundante agua a hervir e introdúcelos en su interior cuando el agua haya llegado a ebullición, siempre en vertical y completamente cubiertos, durante aproximadamente 30 minutos.
-Comprueba que los botes se han cerrado herméticamente y que no ha entrado ni una pizca de aire. Para ello, asegúrate de que hay una pequeña hendidura en el centro de la tapa. Si no es así, es que los has cerrado mal.
-Otro truco para saber si los botes han quedado bien cerrados es colocarlos un rato boca abajo para asegurarte de que el líquido no se derrama.
-Ya tendrás tus conservas de tomate. Guárdalas en la despensa y consérvalas hasta un año, preferiblemente en un lugar fresco y seco.
Los trucos
- Esta sencilla receta permite múltiples variaciones, pues hay quien se anima, añade unos ajos y unos pimientos y tiene un delicioso pisto listo para sacar y poner en la sartén.
- Hay quien se anima a freír el tomate antes de conservarlo, una gran opción si solemos ir justos de tiempo por la vida, ya que sólo tendremos que abrir el bote y ya tendremos la salsa de tomate lista para cualquier guiso. Simplemente se fríen los tomates durante 2-3 horas a fuego bajo (mejor en gajos, para batirlos más tarde y después, mediante un colador, eliminar pepitas y pieles) y después se sigue el proceso de conserva tal y como lo describíamos en los párrafos anteriores. Si ya queremos rizar el rizo, freímos con una cebollita, un diente de ajo y añadimos alguna especia, como orégano, tomillo o albahaca. El tomate irá directo del bote a nuestra masa de pizza.
- No olvidess poner las fecha en los botes, porque si te juntas con tomates de varias temporadas es recomendable consumir antes los más antiguos.
- Hay quien no sala los tomates antes de conservarlos y prefiere hacerlo más tarde, en el momento de la cocción. Lo que no es necesario hacer, pese a que hay quien lo prefiere, es echarles azúcar. Si los tomates son buenos no tendremos por qué corregir su nivel de acidez.