IMÁGENES A 6.200 FOTOGRAMAS POR SEGUNDO
Es algo tan corriente como un grano de maíz... Hasta que el calor lo convierte en palomita y una cámara ultra lenta está ahí para captarlo.
Son retratos de la vida cotidiana a cámara lenta. Por ejemplo, un estornudo. Ahora, seguro, entenderán por qué hay que utilizar un pañuelo cuando se estornuda.
O la de un globo de agua justo en el momento del pinchazo o de la broma pesada. Muy a pesar del que se cala, la instantánea es increíble.
Y todo gracias a Harold Edgerton. Corría el año 1932 cuando inventó la cámara estroboscópica, la abuela de lo que hoy conocemos como cámaras de slow motion, capaces de captar hasta 6.200 frames por segundo.
Utilizadas principalmente para uso industrial, tienen mucho tirón en el mundo del deporte y del cine. Es como estirar lo instantáneo, desvelar cada ángulo de lo imperceptible. Lo cotidiano se hace grande. A veces, tanto que hasta duele.