Cada año un anónimo de la localidad representa este papel
Este legendario personaje cuenta con siglos de historia. Dicen los vecinos de la localidad, que en un principio, su función era asustar a los niños en las ceremonias religiosas.
La persona que se oculta bajo este traje, ha de recorrer un gran pasillo de gente, y será el centro de los lanzamientos de tomates. Al final del festejo, descubre su rostro ante la mirada de todos los que lanzaron esta pringosa hortaliza.