EL MAR EN EL ASFALTO
Las hay de todos los tamaños y formas. Incluso algunas parecen una playa. Si no puede construirse una en su casa, hay alternativas de lujo.
Ya no hace falta viajar a la costa para disfrutar de la playa, porque con las últimas innovaciones en piscinas de lujo, podemos tenerla en casa. Con cascadas, rocas, con agua salada, jacuzzis incorporados, e incluso con arena que no quema ni se pega. Una solución perfecta para los amantes del mar y las olas.
Como este glamour no está al alcance de todos, existen otras alternativas en los áticos más altos de las ciudades.
Las azoteas de los hoteles se han convertido en lugares idóneos para construir piscinas lujosas y originales. El objetivo: disfrutar del agua y el sol con espectaculares vistas.
Eso sí, el precio por un día oscila entre los 30 y 40 euros.
Y para los que no temen las alturas, países como Singapur ofrecen lo último en piscinas de infarto con forma de cascada sobre 3 rascacielos. Mirar al vacío impone.
Pero eso sí, sentirse el rey del mundo en plena cima de una catarata, ya es posible.