LA CRÍTICA, SIEMPRE SATISFECHA
Después de todo el año ensayando, por fin ha llegado el gran día. En estos festivales de fin de curso, los pequeños se convierten en auténticas estrellas de la música, del teatro y del baile. No obstante, los más emocionados son los papás. Es el día en el que todos se sienten orgullosos.
Antes de salir al escenario se ultiman los últimos detalles. Los nervios están a flor de piel. Nunca faltan la cámara de vídeo y la de fotos en manos de todos los padres, que inmortalizan este momento.
Al final de la función, un año más los más pequeños han conseguido impresionar a toda la familia. Y un grito unánime: ¡Hasta el año que viene!