La luz del sol es fuente de vida, además de una alternativa de energía. Sin fuego y sin electricidad también se puede cocinar. Y siempre respetando el entorno.
Aprender a cocinar a partir de unos trucos para ahorrar energía., ya es posible. Desde hace 7 años, en Gallocanta, Zaragoza, enseñan este arte culinario en un albergue de la localidad. Con unas parabólicas y hornos solares construidos por ellos mismos, se puede preparar unos platos muy sabrosos con la luz solar.
En esta peculiar cocina al aire libre, se puede preparar desde un sofrito de verduras hasta un pizza. Y para los más golosos también hay una gran variedad de pasteles. Para todo ello, sólo necesitamos la luz del sol.