Gastronomía gallega
Su aspecto es un tanto desagradable, pero quienes la han probado sostienen que su sabor es delicioso. La lamprea vuelve a las mesas de España y sale, en mayor medida y en esta época, de las frías aguas del río Ulla, que desemboca en el Atlántico a través de la ría de Arousa.
A primera hora de la mañana siete embarcaciones, la mayoría de la cofradía de Carril y Rianxo, comenzaron a capturar este peculiar pez sin mandíbulas. “Hay muchas este año, porque está haciendo mucho frío y llovió bastante, lo que ha aumentado el caudal de agua dulce, y eso favorece que podamos capturar más”, sostiene uno de los pescadores que se hizo con once ejemplares en la primera jornada de faena.
Se capturan con nasas y, aunque pasan la mayor parte de su vida en el mar, desovan en agua dulce y es en los ríos en donde se hacen con ellas, en pequeñas zonas similares a las pesqueras. Son semejantes a las anguilas con un cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y muy resbaladizo.
Ejemplares que alcanzan los 150 kilos
A pesar de que las primeras lampreas, en años pasados, llegaron a pagarse a 150 euros el kilo, esta mañana en la lonja no han superado los 80. “Hay mucha y además quienes más la compran son los hosteleros, y este año la hostelería está todavía a medio gas”, explican quienes las capturan.
Su carne es muy apreciada, se consume mucho en Galicia y también en la Borgoña francesa, pero normalmente después de las fiestas navideñas. Por eso, confían en que en los próximos meses, cuando terminen las celebraciones en las que es más típico el consumo de bivalvos, se incremente su demanda y el precio pueda subir hasta lo alcanzado en años anteriores.
Mientras, quienes se dedican a su extracción prefieren mantener otro tipo de actividades relacionadas con la captura de marisco para así, unas semanas, dedicarse de lleno a la lamprea.