Se teme que sean sometidas a explotación sexual
Lubna tiene 21 años, es de Ceuta, maestra, habla árabe culto e inglés, le encanta leer y montar en bici. Su familia prefiere recordarla así, pero los captadores de la Yihad la han ido transformando.
La última imagen que se tiene de ella fue captada por las cámaras del aeropuerto de Málaga, hace un mes. Llevaba un pañuelo islámico negro y una pequeña maleta. Había planeado al milímetro su viaje a Siria para incorporarse al Estado Islámico.
Hay unos 3.000 europeos haciendo la guerra santa en Siria o Irak, unos 50 españoles y de ellos 7 mujeres. En los últimos meses se han incorporado tres y una decena de chicas más podrían imitarlas.
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, ha admitido hoy la "preocupación" por el reclutamiento de occidentales por parte de grupos terroristas yihadistas para enviarlos a conflictos armados en Oriente Medio, especialmente en casos de mujeres "muy jóvenes". El director general del Cuerpo Nacional de Policía ha advertido además de que, muchas veces, estas mujeres occidentales pueden ser "sometidas a situaciones que incluso pueden ser de explotación sexual".
Los radicales empiezan a preferirlas a ellas, pasan mejor los controles y esconden mejor los explosivos. Utilizan las redes sociales para captarlas cada vez más jóvenes. Casi lo consiguen con dos españolas de 19 y 14 años que fueron detenidas en Agosto.
Una de las captadoras podría ser Asia Ahmed, española y esposa de un yihadista marroquí aficionado a posar con las cabezas degolladas de sus víctimas. El regalo de boda a su mujer fue un cinturón de explosivos.