Pequeños empresarios intentan atraer clientes con regalos curiosos
Con cepillo en mano y entre jabones, Segundo veía como su negocio, el lavado de coches, caía en picado y cinco familias dependían de él. Así que echó mano de la imaginación y pensó en una tentadora oferta: el coche se queda reluciente y el cliente se lleva tres kilos de patatas, cerveza y vino.
El negocio ha vuelto a florecer. Pero no sólo gana él. El frutero del barrio y el del bar también. Del lavado de coche, el cliente cruza una calle y recoge los tres kilos de patatas de regalo en una charcutería-frutería. Pero muchos pican y siempre algo cae para llenar el frutero de casa.
Pero el tour de ofertas no acaba en la frutería, termina en un bar. Una cervecita de regalo por lavar el vehículo. Y así, en esta sinergia de barrio, todos ganan.
Los empresarios quieren luchar contra la crisis con ideas innovadoras. En una tienda de moda de Ourense, junto a las ofertas para novios, se ofrecen otros incentivos: si el cliente gasta más de mil euros, se va con un saco de regalos: desplazamiento en taxi gratis, una noche en una suite, unas horas en un balneario y una invitación a tapas, copa y café.