Tras la eliminación en el Mundial de 2014
Verticalidad colombiana. Cuando recuperó el control del esférico en el segundo tramo de la primera mitad, Colombia recordó por momentos a la del Mundial. Cada robo de balón se convertía en un ataque rápido, en pocos toques, buscando la portería brasileña. James ofreció más que ante Venezuela y realizó un trabajo poco vistoso para el espectador pero imprescindible para sus compañeros.
Pinceladas de Neymar. Si Brasil depende al 100% del jugador del Barça y no está inspirado, la selección carioca no ofrece más recursos. Colombia, a base de un marcaje férreo y ayudas constantes, dejó a Neymar en un par de destellos y un cabezazo que detuvo Ospina. Para empeorar la situación, el 10 brasileño se expone a una fuerte sanción por acabar expulsado al término del partido por un pelotazo sobre Armero, fruto de la impotencia, cuando el árbitro ya había señalado el final. El sevillista Bacca reaccionó empujando a Neymar y también vio la tarjeta roja.
Brasil, a la desesperada. Dunga sacó toda la artillería con la que contaba en el banquillo pero el panorama no mejoró. La entrada de Coutinho, Douglas Costa y Tardelli acumuló más hombres en ataque pero no generó mayor peligro en el área de Ospina.
Sin noticias de Falcao. La nota negativa fue la pobre actuación del futuro delantero del Chelsea, que no encuentra su fútbol y se limita a presionar y pelear exhaustivamente. Pékerman apostó hoy por Teo Gutiérrez en detrimento de Bacca, pero el sustituido en el once inicial para el próximo partido debería de ser Falcao.
Carlos Sánchez se hizo gigante. Lo poco que inquietó Brasil fue perfectamente erradicado por 'la roca' Sánchez. El pivote colombiano apareció por toda la retaguardia desconectando a Neymar, Coutinho o Firmino.