FIESTA MERENGUE
Jugadores y afición merengue rozaban el cielo de la mano de Sergio Ramos cuando- entre tanta euforia- el defensa blanco perdía el equilibrio y la copa tocaba el suelo. Ante la mirada de cientos de aficionados , el preciado trofeo, de 20 kg, era además aplastado por el autobús merengue. Menos mal que el artesano guardaba un as en la manga.
Es la anécdota más comentada incluso el propio ramos explicaba lo sucedido en su twitter. Saltó ella al llegar a cibeles y ver a la ficción explicaba.
El copacidio será recordado, pero no empaña el buen sabor de boca de la afición madridista. Hoy todavía celebran y levantan el mejor de los trofeos, el de la victoria.