TU TRABAJO PENDERÁ DE UN HILO SI TE PASAS DE LA RAYA
Autónomos, creednos, tampoco estáis tan mal. Un año más y habéis vuelto a libraros de ESTO.
1- Llegar tarde. Los expertos en 'coaching' empresarial, protocolo y asesoramiento en general para la vida moderna coinciden en que llegar tarde a la cena de Navidad de la empresa es prácticamente como llegar tarde a trabajar. Nadie va a perdonártelo, nadie va a tolerar que aparezcas en el segundo plato dando palmadas en la espalda como si estuvieses en casa de tu primo. Puntualidad al poder, también en la cena y también aunque sea un cóctel y la cosa sea más informal. Tus jefes te pondrán una X y, lo peor de todo, tal vez algunos de tus compañeros también: huir del horror es profundamente insolidario.
2- Saludar con dos besos. Montse Guals, experta en protocolo y personal shopper de Quemepongo, insiste siempre que puede en el tema: "se saluda siempre dando la mano en el ámbito natural, y no se rompe esta norma bajo ningún concepto". Los dos besos son para casa y para nuestros amigos, pero en un entorno laboral, aunque las apariencias y el espíritu navideño nos lleven a engaño, siempre se estrecha la mano, con firmeza y naturalidad. Pero ojo, porque Guals insiste: "jamás se le ofrece la mano a un superior", algo que probablemente muchos van a olvidar cuando vayan por la tercera copa. Esto no significa que no podamos saludar a nuestros superiores, sino simplemente que debemos esperar a que ellos nos den el beneplácito para que lo hagamos, esto es, que sean ellos quienes nos estrechen la mano. Cuidadito con esto.
3- No bebas más de la cuenta. Cada uno conoce sus límites, y por el futuro pan de tus hijos deberías intentar no superarlos. Luego todo se sabe. Este punto se extiende a otras sustancias que puedan mermar tus capacidades cognitivas e influir decisivamente sobre tu grado de inhibición.
4- No mezcles amigos, ni siquiera a la hora del baile. Que las cenas de Navidad de la empresa suelen acabar con una serie de gente muy perjudicada dándolo todo en una tarima no quiere decir que tengas carta blanca para decirles a unos colegas que se pasen un rato. Porque tú puedes responder de tus actos, pero jamás de los de tus amigos, porque quedarás como un señor si te entregas en cuerpo y alma a socializar con tus compañeros y porque es una noche delicada en la que cualquier metedura de pata te será recordada durante años.
5- No puedes no ir. En esto tanto Guals como el gremio de expertos en protocolo coincide: ir a la cena de Navidad del trabajo es un trabajo, igual de obligatorio que fichar el lunes a las 9. Si no vas, no solo quedarás mal con la empresa sino también con los compañeros, que te verán como un traidor por haberte perdido la peor noche del año sin tener ninguna excusa válida. Para Guals, solo hay un caso en el que puedes no ir, y quedas totalmente eximido de cualquier responsabilidad: ellos convocan la cena pero tienes que pagar tú. "Eso no es invitar", sentencia la experta, de manera que podemos denegar la propuesta educadamente y quedarnos en casa sin temor a quedar mal. Los que quedan mal son ellos.
6- Viste formalmente. Nada de looks imposibles, outfits hiperproducidos, tacones de vértigo, zapato deportivo y otras prendas que más vale reservar para las salidas con los colegas. Cuando la cosa va de salir con los del trabajo, más vale optar por el más bajo de los perfiles: camisa y americana. Nunca falla.
7- No hables de política ni de religión ni de sexo. Términos como Procés, Constitución, Iglesia o chingar quedan totalmente prohibidos si quieres tener trabajo el año que viene. Tira de temas facilones y resultones, como lo bien que se come en la Ribera del Duero, que tú a veces te cocinas la pizza al microondas o que en Bilbao hacen unos calamares de muerte y que, curiosamente, conoces algunos locales. Te situará como 'bon vivant' sibarita, cosa que siempre viste en un entorno laboral, y evitarás líos.
8- No te enrolles con nadie. Nunca. Bajo ningún concepto. En la cena de Navidad, no. Y recuerda este punto cuando lleves tres copas.
9- No hables de asuntos personales, en la medida de lo posible. Con esto no queremos decir que no puedas dar algunos detalles sobre tu verano en Mallorca, sino que mejor no entres en temas personales/sentimentales que en algún momento puedan jugar en tu contra.
10- No critiques a nadie. Ni a tus jefes, ni a los jefes de tus jefes, ni al vicepresidente noruego ni al consejero delegado japonés. Ni pío. Sabemos que es muy fácil envalentonarse cuando el entorno es favorable y llevamos unas copas, pero también sabemos que existe un mañana y un pasado mañana, días en los que probablemente te arrepentirás de haberte ido de la lengua.