CONSEJO DE UNA PROFESIONAL
Existe una forma de evitar que salgan más brillos de la cuenta en el rostro cuando nos maquillamos, y esta técnica es capaz de dejar la piel radiante.
Para conseguir un maquillaje que dura todo el día debemos empezar por una buena rutina de cuidados en la piel. A menudo olvidamos que para obtener ese “look perfecto” también es necesario preparar el rostro de la manera correcta. Sin embargo, aún aplicando los cosméticos y tratamientos adecuados, entran en juego otros factores que nos lo pueden poner difícil a la hora de lucir una dermis bonita.
Las hormonas, la alimentación y otros agentes externos como la polución o el clima hacen que aparezcan algunas imperfecciones como deshidratación, manchas y aparición de puntos negros. Añadir mucho maquillaje para ocultar estos defectos no es la solución, ya que estaríamos provocando el efecto contrario: desarrollo de acné por falta de oxigenación, arrugas prematuras y pérdida de brillo en la piel.
Lo más importante es seguir el orden de pasos correcto para lucir un aspecto sano
A la hora de maquillarnos es fundamental elegir los productos adecuados para nuestro tipo de piely costumbres, pero también seguir el orden de pasos si queremos lucir un aspecto sano sin necesidad de usar mucho cosmético. Ya sabemos que lo primero más importante es una rutina de cuidado minuciosa para ayudar a que los productos se adhieran mejor al rostro, así como el uso de un buen protector solar facial.
No obstante, cuando toca el momento de aplicar la base de maquillaje con una esponja o brocha, es bien sabido que este tipo de productos contienen aceites que pueden provocar la manifestación de grasa en el rostro a medida que pasa el día. Afortunadamente, existe una técnica muy efectiva contra la aparición de estos brillos no deseados, y para ello tan solo necesitaremos unos polvos translúcidos y una brocha fina. A continuación te explicamos al milímetro en qué consiste el Point Powder y cómo aplicarlo en tu rutina diaria.
¿Qué es el Point Powder?
Es algo que muchas y muchos habrán estado buscando el equilibrio desde que se originó la tendencia de aplicar algo de glow en el maquillaje. Esta técnica consiste en aplicar iluminador en zonas estratégicas del rostro, pero puede resultar verdaderamente difícil que los brillos naturales de la piel no sobresalgan sobre la base de maquillaje, destruyendo así todo el look que nos ha costado varias horas realizar. ¿Hay realmente algún remedio?
La respuesta es afirmativa, y la solución está en el Point Powder, una técnica que compartió por primera vez la gurú y maquilladora profesional Nikki de Roest. Consiste en básicamente utilizar polvos traslúcidos y una brocha más pequeña en comparación a la que solemos usar para aplicar los polvos compactos para mantener la piel radiante.
La técnica Point Powder es sorprendentemente sencilla de aplicar y tiene el objetivo de matizar de manera táctica diferentes zonas de la cara. Una brocha fina nos permitirá ser más precisos donde aplicamos el producto, mientras que los polvos traslúcidos sellarán las regiones del rostro donde los brillos no son nada favorecedores.
¿En qué puntos estratégicos maquillar el rostro con esta técnica?
Ahora bien, ¿cómo podemos ejecutar esta milagrosa técnica en nosotros mismos? Tal y como explica Nikki de Roest a través del vídeo tutorial express en su IGTV de Instagram, establece en primer lugar una norma básica: atacar las áreas que queremos que se mantengan mate utilizando una brocha pequeña y polvos traslúcidos sueltos en lugar de usar una brocha para un empolvado más general.
La experta también menciona que la densidad del pincel que elijamos para la técnica también es importante. Si buscamos un efecto ligero y natural, debemos buscar una brocha con los pelos sueltos. Un pincel con los pelos más compactos adhiere el polvo de una manera más firme, así que al final todo dependerá del resultado que estemos buscando o del tipo de maquillaje que decidamos llevar un día en concreto.
Más adelante, DeRoest explica que los puntos donde debemos aplicar el polvo dependerá en gran medida de factores individuales, como por ejemplo nuestro tipo de piel. Con todo ello, igualmente sugiere empezar entre las cejas e ir ascendiendo poco a poco por la frente sin llegar a cubrir toda el área. Después, continúa por los lados de la nariz, cubriendo la zona con polvos desde la parte exterior del tabique hacia abajo, dando pequeñas pinceladas en los surcos nasogenianos. Finalmente, acaba la rutina en la barbilla, donde sitúa el producto en el centro y a los laterales de la mandíbula.
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