Barcelona
El peligroso adelantamiento de un ciclista a un coche le pasó factura, ya que terminó arrollado por otro vehículo. El primer conductor afectado explotó contra él: "¡Es que hay que ser gilipollas!"
Las batallas entre conductores y ciclistas no son nada nuevo en la carretera. La inseguridad por una circulación conjunta en terreno tan complejo ha hecho que unos y otros pidan medidas inmediatas para frenar unos accidentes que, por desgracia, son cada vez más comunes. Aunque unos y otros tienden a echarse las culpas por igual en cuanto a su responsabilidad, suelen ser los ciclistas quienes corren el mayor riesgo a la hora de sufrir las peores consecuencias.
El último de esos episodios ha tenido lugar en Cataluña, donde un ciclista ha protagonizado un peligroso adelantamiento en Barcelona que le ha acabado por salir muy caro. El ciclista en cuestión ha hecho un adelantamiento de lo más peligroso, al pasar por delante de un coche que podía haberle arrollado, y que no lo hizo por poco. El conductor de este vehículo montó en cólera tras lo sucedido, considerando que había puesto en peligro a ambos: "¡Es que hay que ser gilipollas!"
No habían pasado ni unos segundos desde que arremetió contra él, cuando el ciclista, que trataba de adelantar por el carril contrario a otro coche, se topó con un coche que venía por dicho carril, y que le atropelló mientras intentaba frenar, al encontrárselo de frente, dado que llegaba de girar una curva. El ciclista no ha sufrido heridas de diversa consideración, pero ha sido multado con un total de 500 euros por conducción temeraria.
Difícil 'convivencia' en la carretera
Los piques entre conductores y ciclistas suponen una tendencia cada vez más habitual en carretera, donde los primeros piden que se impida a los ciclistas conducir por estas zonas, mientras los segundos piden que se tomen más medidas de seguridad para garantizar su protección. La polémica está servida y es un debate que va para largo, ya que la primera medida es prácticamente imposible de llevarse a cabo, mientras la segunda requiere de más tiempo para fortalecer la seguridad.
Aunque esta clase de accidentes se han vuelto cada vez más habituales, no se han tomado muchas medidas nuevas al respecto. Por ello, y a la espera de que lleguen sendas respuestas a esas peticiones que reclaman unos y otros, toca vivir en paz lo máximo posible.