VOLUNTARIOS
Perfectamente sincronizados meten uno a uno los programas electorales en bolsas. Pueden estar así horas y horas y sus fuerzas no flojean ni un minuto porque les mueve la ilusión de creer en un proyecto.
Son las caras anónimas de las campañas electorales. El equipo que nunca se ve pero que está detrás de todos los candidatos a las elecciones.
Estas personas, en su gran mayoría jóvenes, cambian gustosos, por unos días, la playa y los amigos por las labores electorales. Un duro trabajo que con suerte verán recompensado el próximo 22 de mayo.