LA CAUSA COMÚN ES ESTRÉS Y SALUD MENTAL
El accidente en la central nuclear de Fukushima (Japón), que tuvo lugar el 11 de marzo de 2011 aún provoca un muerto cada día, según el presidente de la Comisión de la investigación sobre las causas del accidente, Yotaro Hamatura.
El número total oficial de fallecidos en Fukushima en el último año asciende a 1.121 personas, de las que se calcula que dos tercios de esas víctimas se deben al accidente atómico severo que se produjo en la planta que resultó dañada a raíz del tsunami, según ha asegurado Hamatura.
Dos años después del accidente los muertos ascienden a 1.300 personas, tras registrarse en los últimos seis meses unas 180 víctimas más. Según ha asegurado el presidente de la Comisión 'ninguna' se debe a la exposición a la radioactividad sino que en todas ellas, la causa común parece ser el estrés y la salud mental. "Cada día, aún hoy muere una persona a consecuencia del accidente" ha asegurado.
"Las autoridades se centraron en el accidente de la planta y no en las consecuencias externas. La 'atmósfera psicológica' en la zona de Fukushima se vio muy afectada", ha añadido Yotaro quien ha subrayado que sus notas son de carácter personal puesto que la comisión está cerrada. Según Yotaro “los efectos de la radiación sobre la salud son comparables a los de una vida poco sana y a los del tabaco o el alcohol pero, entre todos, la consecuencia más peligrosa es el estrés mental. Aunque todos los esfuerzos se centraron en paliar la contaminación física de la radiación”.
Señala que una vez producido el accidente fueron evacuadas 16.000 personas de las que 150.000 aún no han podido regresar a sus casas, y en muchos casos nunca podrán hacerlo. Esta población dejó atrás toda una vida y la mayor parte de los afectados, según ha explicado no han conseguido asumir la catástrofe ni adaptarse a las nuevas circunstancias que han tenido que ser trasladados a la fuerza.
Hatamura estima que, de iniciarse alguna planta, al menos tendría que ser a una distancia de unos 500 kilómetros por los efectos psicológicos en la población de la prefectura.
En todo caso, ha añadido que en Japón la opinión sobre la energía nuclear "ha cambiado mucho", por lo que el regreso de la actividad no se podrá producir hasta que los japoneses reconozcan el riesgo que entraña y se preparen mentalmente para ello. Sólo en ese caso, según Hatamura, la sociedad podrá volver a aceptar la energía nuclear porque ahora saben que es "muy peligrosa".
"En el futuro serán los japoneses quienes deban decidir si quieren usarla", ha concluido, tras no descartar que la acepten de nuevo si la necesitan por suministro eléctrico.