RAMA VALENCIANA

La rama valenciana de la trama Gürtel: Las claves de la investigación

El caso Gürtel (que significa correa en alemán) comenzó en 2007 por las denuncias de un concejal de Majadahonda (Madrid). Se convirtió en la investigación de una trama de intereses organizada por el empresario Francisco Correa. Ahora la Audiencia Nacional ha condenado a 5 años y tres meses de prisión para su cabecilla Correa y a 6 años y 9 meses para el responsable de la red en Valencia, Álvaro Pérez "El Bigotes", por su participación en la financiación irregular del PP valenciano.

La sentencia sobre la trama valenciana del caso Gürtel revela la jerga utilizada por parte de la red para intentar enmascarar sus actividades ilícitas, con términos como "biscotes", para referirse al dinero en metálico, "galletas", para las facturas o "magdalenas", para el empresario Enrique Ortiz.

La resolución del juez José María Honrubia de la Audiencia Nacional se refiere en concreto a conversaciones entre el exvicesecretario del PP valenciano David Serra, condenado a 3 años y 8 meses de prisión, y Álvaro Pérez El Bigotes, responsable de Orange Market, considerado el "hombre en Valencia" del líder de la Gürtel, Franciso Correa, y condenado a 6 años y 9 meses.

Según la sentencia, Serra no sólo era "perfecto y completo conocedor de la trama urdida, sino cooperador hasta podría calificarse de entusiasta de la ilegal financiación" del PP valenciano.

Esa "voluntad maliciosa" se hace patente en el uso de un lenguaje "críptico pre-acordado" en sus conversaciones con "El Bigotes", en las que se usan los términos "magdalenas", "galletas" y "biscotes".

"El uso de esas expresiones si no estás al tanto de su sentido carecería de lógica alguna. Y acredita, además, que conocía de lo ilícito de las operaciones, pues si éstas fuera legales no hubieran utilizados tales significantes con otros significados", añade el magistrado.

Recoge también expresiones detectadas en conversaciones entre El Bigotes y otros condenados, como el ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa, condenado a 4 años de cárcel; Pablo Crespo, la mano derecha de Correa (5 años); o el exgerente de Orange Market Cándido Herrero (5 años y 1 mes).

Es "muy elocuente", afirma la sentencia, que en las conversaciones del grupo Correa se hable de Barcelona, para el dinero B, o de Alicante, para el dinero A; o que se denomine "parque" a la caja fuerte del Banco de Santander utilizada por Pablo Crespo y Cándido Herrero.

La trama usaba además apelativos concretos para referirse a determinados empresarios ("el príncipe" o "el cantante") o políticos ("el tuerto") y recurría a iniciales para identificar a los máximos jerarcas del PP de la Comunidad Valenciana, mientras que el propio Correa aparecía en la caja B como "D. Vito".

"Es evidente que se trata de ocultar una actividad ilícita enmascarando mejor o peor conceptos o personas", concluye.

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