PRECAUCIÓN DULCE
A nuestras mascotas algunas frutas pueden provocarles verdaderas intoxicaciones, incluso en pequeñas cantidades. El helado, por natural que sea, lleva muchas grasas, saborizantes, trozos de fruta o edulcorantes en vez de azúcar, aún más tóxicos para ellos si cabe.
Aunque entramos en la fase final de la estación calurosa, los postres estrella del verano nos acompañarán aún unos meses, ya sea por no despedirnos tan drásticamente de las vacaciones o por combatir las altas temperaturas que se resisten a abandonarnos.
Durante estos meses son muchos los casos que llegan a la consulta veterinaria con cuadros digestivos en perros y gatos, tanto jóvenes como adultos.
El motivo suele ser común a todos ellos… ha comido alguna sobra del menú familiar.
Hay mil artículos sobre las comidas que no deben ingerir, condimentos y grasas, pero parece que referente a los postres todo vale porque "un poco de fruta en la dieta es muy sano".
En este artículo vamos a intentar explicar esos peligros y los beneficios que pueden llegar a tener estos postres veraniegos para nuestros fieles compañeros.
Fruta
Como todo el mundo sabe, las frutas son fuente de fibra, vitaminas y antioxidantes. Esta realidad es así y es cierto que la mayoría podemos beneficiarnos de tan refrescante y sabroso alimento natural. Sin embargo, a nuestras mascotas algunas frutas pueden provocarles verdaderas intoxicaciones, incluso en pequeñas cantidades.
Cuando nuestro compañero come un pienso comercial de alta gama, debemos ser conscientes de que no necesita ningún aporte nutricional extra y que cualquier alimento fuera de su ración es un suplemento que debemos vigilar para que no le produzca ningún daño.
Las claves para poder premiar a nuestro mejor amigo con un trozo de fruta son las siguientes:
Del resto de frutas pueden disfrutar de un trocito de vez en cuando, siempre sabiendo que no se debe sobrepasar 15% de su ingesta diaria de comida y que hay que tener en cuenta el tamaño de nuestra mascota porque si nuestra mascota tiende al sobrepeso, no debemos aportarle estas calorías extras.
Cuando nuestro animal padece de antemano algún desorden digestivo como IBD, Intestino sensible o alergias alimentarias, no es buena idea aportarle fibras naturales, ya que puede provocarles una irritación intestinal inmediata que requiera hospitalización.
En caso de animales diabéticos, esta prohibición es aún mayor, dada lo estricta que debe su ingesta de glucosa en cada comida.
Helados
Otro de los premios del verano para todos son los helados. Prácticamente, todos los perros han probado en algún momento un poco de helado, ya sea como premio o por rescatar los restos que se le han caído al suelo a un niño en mitad del paseo marítimo.
La satisfacción con la que saborean este manjar puede hacernos caer en la idea de que muy malo no puede ser un poco de helado, con su calcio y sus vitaminas.
Por desgracia, la tolerancia de los perros a la lactosa es muy baja. Si aceptan algún derivado de la leche es aquel que ya está fermentado -como el queso o el yogur- y siempre que sea lo más natural posible, sin azúcares, aditivos ni sales.
El helado, por natural que sea, lleva muchas grasas, saborizantes, trozos de fruta o edulcorantes en vez de azúcar, aún más tóxicos para ellos si cabe.
En caso de darle algún pequeño trozo a modo de premio debe ser de manera esporádica, sin lactosa si es posible, con bajo contenido en azúcares, sin edulcorantes y sin chocolate, pasas, etcétera.
Según estudios, el menos peligroso es el de vainilla, por ser el de sabor más puro y sin aditivos.
Están de moda los helados de yogur, una opción más que aceptable siempre que no lleve ni toppings ni colorantes.
Está claro que una cucharada de este premio o un trozo de fruta, en un momento puntual durante todo un verano, no va a hacerle daño a nuestro mejor amigo siempre que sigamos estas premisas. Debemos ser conscientes en todo momento del peso de nuestra mascota, su edad y sus problemas de salud. Si en las 24h posteriores a su consumo vemos alguna alteración digestiva relevante, no parece buena idea volver a repetir dicha ingesta.