MEDICAMENTOS

¿Hay que usar probióticos siempre que se toman antibióticos?

Los antibióticos se encargan de destruir las bacterias que nos están causando la infección en ese momento, pero al no ser selectivos, también se llevan consigo muchas otras bacterias de gran validez y utilidad en nuestro organismo.

Una mano con pastillas de medicamentos.Pexels

A menudo los antibióticos atacan nuestra flora intestinal, que son aquellas bacterias que tienen una acción beneficiosa interviniendo en multitud de procesos a nivel digestivo.

Funciones de la flora intestinal o microbiota

- Inmunológica: este conjunto de bacterias fortalece nuestro sistema inmunológico, aumentando nuestras defensas frente a las infecciones bacterianas y víricas.

- Nutricional: favorece la síntesis de compuestos como las vitaminas, facilita la absorción de calcio y hierro y favorece el movimiento intestinal.

- Protectora: la microbiota impide la implantación de bacterias patógenas externas que puedan provocar infecciones.

Esta flora forma parte de la barrera intestinal que evita la colonización o el sobrecrecimiento de bacterias no beneficiosas, así como el adecuado funcionamiento del sistema inmune.

Diversos factores pueden alterar el equilibrio de la microbiota intestinal interfiriendo con el bienestar digestivo. Uno de los factores es la toma de antibióticos, las situaciones de estrés y los periodos de convalecencia.

Diferencias entre probiótico y prebiótico

Los probiótico son complementos que tienen microorganismos vivos beneficiosos y que vamos a ingerir para repoblar nuestra flora intestinal.

Los prebióticos son el alimento que necesitan las bacterias que conforman la flora intestinal para poder proliferar y poder colonizar nuestro intestino. Suelen ser fibras y las más frecuentes son los fructooligosacáridos, la lactulosa o la inulina.

Lo ideal es tomar ambos juntos, y a esta unión de ambos se le llama simbiótico.

Cuándo tomar probióticos y prebióticos

Desde la farmacia, siempre que vemos que una persona va a tomar un antibiótico, sobre todo los de amplio espectro, solemos recomendar el uso de un simbiótico para disminuir los episodios tan molestos de diarreas.

Siempre indicamos que es una toma al día y que se debe de espaciar al menos 2 horas de la toma del antibiótico.

La toma de simbióticos, además de evitarnos o disminuir la intensidad de las diarreas, también nos ayudará a evitar los posibles episodios de candidiasis vaginal, infección causada por el hongo Candida albicans en mujeres, cuando la flora vaginal se ve debilitada (por la toma de antibióticos o en procesos de bajada de defensas) que causa mucho picor en la zona íntima, y exceso de flujo.

¿Todos los probióticos son iguales?

No, normalmente los complementos que llevan probióticos suelen llevar varios tipos de cepas para asegurarnos que colonicen el sistema digestivo de las diferentes personas.

De hecho, cada persona tiene una flora intestinal diferente, aunque suele haber ciertos microorganismos presentes que son comunes entre todos.

La gran mayoría de las cepas de probióticos utilizadas en los complementos alimentarios pertenecen al género Lactobacillus, Bifidobacterium, Streptococcus y Lactococcus; dentro de ellos hay diferentes cepas y cada una de ellas puede ayudar a un problema en concreto.

Es muy importante señalar que la flora intestinal va variando con la edad, los bebés nacen apenas sin flora y la van adquiriendo según va madurando su sistema digestivo y van obteniendo cepas a través de la lactancia y de los diversos alimentos que se le van introduciendo.

Hoy en día hay numerosos estudios sobre diferentes cepas de probióticos para dirigirlos en función de la patología que se quiera tratar:

-Infecciones respiratorias con probióticos para reforzar la microbiota oral.

-Infecciones urinarias o vaginales.

-Colón irritable o colitis ulcerosa.