LOS EXCESOS NO SON BUENOS
Es más fácil de lo que parece que nos intoxiquemos con la comida en estas fechas. Sigue estas recomendaciones para empezar el nuevo año con la mejor salud posible.
La Navidad está aquí, nos guste más o nos guste menos vamos a convertir nuestras comidas y cenas en un acto familiar y social donde comer va a ser el eje central de estos días. Eso sí, debemos tener en cuenta algunos detalles para que tu familia no acabe peleándose por el baño.
Quizá lleves varias semanas preparando el menú. O quizá no. En ambos casos va a ser clave estar preparados antes de ir al supermercado. En estos días son especialistas en que hagamos compras por impulso con el fin de que llenemos nuestras neveras y mesas de alimentos que no necesitamos, que ni teníamos previsto, ni los vamos a comer… al final acaban en la basura, después de haber gastado un buen dinero en ellos.
Siempre es necesario, pero en estas fechas aún mucho más, llevar una lista de la compra con un menú predefinido para evitar que nuestros ojos pasen sin control por cientos de alimentos extra.
Si en nuestro menú encontramos productos que se estropean con facilidad, como el pescado o marisco, y los vamos a comprar con mucha antelación, una opción es comprar algunos ya ultracongelados y, lo menos posible, congelarlo en casa. En los dos casos el producto mantiene las características nutricionales si se ha hecho correctamente, pero el ultracongelado además conservará aún mejor sabor y textura. Te lo contaba todo en este artículo, así que no le temas a los ultracongelados, son una gran opción.
Siempre es una buena idea que los invitados colaboren, eso sí, si van a traer algo para poner en la mesa, mejor pídeles que sean alimentos que no necesiten refrigeración como pan, bizcochos, frutos secos… Si ya está cocinado, deberá mantenerse en bolsas isotérmicas para evitar la multiplicación de bacterias y que nunca pasen más de dos horas fuera de refrigeración. Que no lo traigan con hielo, sino con placas de frío, con eso evitaremos que el hielo se descongele.
La nevera debe estar correctamente ordenada:
Por otro lado, es importante saber que las frutas y verduras requieren siempre un lavado previo. Lavar y frotar cada pieza bajo el agua será una garantía de seguridad, pero si entre los comensales tenemos mujeres embarazadas, niños o ancianos y queremos dejar estos alimentos en remojo con algún producto desinfectante autorizado para alimentos, tendremos que lavarlos antes y después para eliminar restos que hayan podido quedar en ellos.
Nuestras cocinas no suelen estar preparadas para cocinar para tanta elaboración así que si se va a cocinar entre varios, sería recomendable que hubiera utensilios suficientes, cuchillos, tablas, palas… para evitar la contaminación cruzada entre alimentos. No se deben usar los mismos utensilios para alimentos diferentes. La limpieza antes de reutilizarlos debe ser exhaustiva.
Nunca debemos olvidar la importancia del lavado de manos y, en estas fechas, más aún. Antes de cocinar, después de manipular un alimento crudo, cuando pasemos de una actividad a otra o después de ir al baño, debemos lavarnos las manos siempre.
Si algún invitado se encuentra mal, con vómitos, resfriado o diarrea no debería manipular ningún tipo de alimento.
No podemos olvidar que, para evitar intoxicaciones por anisakis, el pescado se debe cocinar a más de 60 ºC. Como no es sencillo conocer exactamente a qué temperatura está en interior, es posible garantizar la muerte del parásito con la congelación de toda la pieza a – 18ºC durante 48 horas. Para conseguir obtener esa temperatura durante esas horas en toda la pieza, debería permanecer en el congelador durante cuatro o cinco días. También podemos comprarlo directamente ultracongelado, sus propiedades se mantienen intactas y aseguramos que se han logrado las temperaturas requeridas. Este parásito se encuentra en el pescado procedente del mar, merluza, mero, lubina…
El cocinado de alimentos debe superar los 70 grados en toda la pieza. Esto es importante en piezas grandes de carne o pescado. No se cocinarán directamente desde congelado para que la transmisión de calor al interior sea eficaz.
Si hacemos salsas o cremas caseras, siempre estarán en refrigeración y nunca las mantendremos más de 24 horas desde la elaboración. En estos casos, si es posible, podemos utilizar las salsas ya preparadas pasteurizadas, evitarás riesgos innecesarios.
Nada más terminar de comer, lo que haya sobrado se guardará lo antes posible en la nevera.
Ya ha terminado todo y, pese a que lo hemos intentado todo, ha sobrado comida. De ahí que se insista tanto en la importancia de la planificación y en la elaboración de una correcta lista de la compra y ajustarse a ella.
Con los alimentos perecederos ya cocinados, la alternativa es envasar en pequeñas cantidades y congelar, si es posible. Si no se puede congelar, se mantendrá en refrigeración consumiéndolos lo antes posible. No más de cuatro días.
Si se van a recalentar, también deben garantizarse que se superan los 70 ºC ya que han estado expuestos a temperatura ambiente.
Si tus invitados van a llevarse parte de lo que ha sobrado, deberías ponerlo en bolsas isotérmicas y bien envuelto; de nuevo, sin hielo y mejor con placas para evitar la descongelación y que el líquido contamine y empape los alimentos.
Ahora sólo queda disfrutar de la Navidad con total seguridad.