ENTREVISTA
Gluten: ¿Amigo o enemigo? El doctor Carlos Miguel De Sola Earle nos revela las claves para entender las enfermedades relacionadas con esta proteína, su impacto a largo plazo y las soluciones para una vida saludable
La Clínica Universidad de Navarra define la celiaquía como una enfermedad digestiva que daña el intestino delgado, alterando la absorción de vitaminas, minerales y otros nutrientes presentes en los alimentos.
Los celíacos no toleran la proteína llamada gluten, presente en cereales como el trigo, avena, cebada y centeno. Cuando consumen alimentos que contienen gluten, su sistema inmunitario responde y se produce un daño en la mucosa del intestino delgado.
Pero, ¿cuáles son las diferencias fundamentales entre la celiaquía, la alergia y la sensibilidad al gluten? En una entrevista exclusiva para NovaMás, el doctor Carlos Miguel De Sola Earle, especialista en Aparato Digestivo, miembro de Top Doctors y responsable del Instituto de Enfermedades Digestivas de Humanline Grupo Hospitalario y Clínica NorMed, resolverá todas estas dudas y nos aportará las claves para comprender estas condiciones relacionadas con el gluten.
¿Cuáles son los tratamientos recomendados y las restricciones dietéticas? ¿Qué relación guarda la celiaquía con la depresión? Descubre las respuestas a estas preguntas y conoce los síntomas característicos de cada enfermedad y las complicaciones a largo plazo asociadas con ellas.
¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre la celiaquía, la alergia al gluten y la sensibilidad al gluten?
La celiaquía es una enfermedad inflamatoria crónica no alérgica causada por la reacción retardada del cuerpo a la gliadina, una proteína presente en cereales como el trigo, cebada, centeno y avena. Originalmente descrita en niños durante la hambruna holandesa de la Segunda Guerra Mundial, se trata de una enfermedad compleja que puede afectar a cualquier edad y órgano del cuerpo a través de diversos mecanismos inflamatorios.
Existen diferentes formas de enfermedad relacionada con el gluten que no siempre son reconocidas por los médicos, quienes utilizan el término "sensibilidad" para aquellos pacientes que mejoran al eliminar el gluten, pero no cumplen con los criterios diagnósticos de la enfermedad celíaca. En mi opinión, este término resulta confuso y deberíamos usar "sospecha de celiaquía" hasta obtener un diagnóstico confirmado.
La alergia al gluten debe ser denominada alergia al trigo y se clasifica dentro de las alergias alimentarias. No necesariamente coincide con alergias al centeno u otros cereales. Se trata de reacciones de hipersensibilidad aguda que se desencadenan inmediatamente después de entrar en contacto con alimentos que lo contengan.
¿Cuáles son las causas de cada una de ellas?
Tanto la alergia al trigo como la celiaquía son errores en el sistema inmune, que confunde un alimento con un microbio o elemento tóxico y, al considerarlo dañino, reacciona ante su presencia. Según cada persona, la respuesta inmunitaria será alérgica, autoinmune o inflamatoria.
La clave de estas enfermedades radica en la permeabilidad intestinal. Si el intestino está enfermo, los alimentos se cuelan antes de ser completamente digeridos y algunas proteínas son tan grandes que adoptan formas tridimensionales que confunden a las células defensivas con parásitos (alergia) o con bacterias (celiaquía).
Todo lo que afecte al aparato digestivo, a la microbiota intestinal o a la integridad de la barrera epitelial del intestino, desencadenará el inicio de estas enfermedades. La celiaquía es consecuencia de un aparato digestivo enfermo.
¿Cuáles son los síntomas característicos de la celiaquía, la alergia al gluten y la sensibilidad al gluten?
La alergia al trigo o al gluten, como otras alergias alimentarias, origina desde picor en la boca, urticaria, hasta reacciones anafilácticas graves con espasmo bronquial o bajada de tensión y shock. Un alérgico al trigo no debe comerlo, respirarlo ni tocarlo.
La celiaquía clásica afecta al intestino delgado desde la infancia, generando en casos graves una diarrea crónica por malabsorción de nutrientes, con el consiguiente retraso de crecimiento. La inmensa mayoría de los celíacos sufren cuadros menos graves: tienen sensación de malestar y distensión abdominal después de comer, estreñimiento crónico, episodios de diarrea, dificultad al tragar asociada a la anemia, déficits vitamínicos; pudiendo tener afecciones de la piel o dolores de cabeza.
La realidad es que el gluten es uno de los factores que contribuye a la enfermedad en los mamíferos, pudiendo afectar a muchos órganos o funciones del cuerpo y está detrás de muchas migrañas, diabetes, patologías osteoarticulares, infertilidades, nefropatías, pancreatitis crónicas, hepatopatías, arritmias, bronquitis crónicas, enfermedades neurológicas o dermatológicas, por citar algunas más prevalentes.
¿Existen complicaciones a largo plazo asociadas con estos trastornos?
En pacientes predispuestos, el gluten contribuye a aumentar el riesgo de padecer muchas enfermedades inflamatorias de nuestro tiempo, es decir, hígado graso y otras anomalías metabólicas, afectación de articulaciones y enfermedades del colágeno como las hernias de disco, los trastornos cardiovasculares, diabetes, alergias, reflujo gastroesofágico, dermatitis, osteoporosis anemia o infertilidad. La celiaquía, como otras enfermedades inflamatorias, dispara el riesgo de enfermedades autoinmunes y cáncer, en especial, el de linfoma abdominal.
Algunas informaciones apuntan a que existe una relación entre estas patologías y la depresión, ¿cómo se explica esto?
Muchas enfermedades son más frecuentes en personas afectadas por el gluten, entre ellas las que envuelven al sistema nervioso central, como son la migraña, el autismo o los trastornos de la esfera ansioso-depresiva. La depresión es una enfermedad psiquiátrica a la que contribuyen factores como las alteraciones hormonales, los déficits vitamínicos y minerales o la inflamación sistémica, siendo todas estas circunstancias asociadas a la celiaquía.
¿Cuál es el tratamiento recomendado para cada condición? ¿Existen diferencias en las restricciones dietéticas entre ellas?
Cada paciente es diferente y necesita un tratamiento personalizado. Distingo los casos de celiaquía autoinmune, que solo responden a una dieta estricta sin gluten a la espera de que se admitan protocolos con terapias más complejas. En el resto de celíacos hay que revertir la permeabilidad intestinal, corregir la microbiota agresiva y conseguir desinflamar el intestino; y si el proceso persiste, no habrá más remedio que evitar los alimentos con gluten.
En ambas condiciones, alergia alimentaria o celiaquía se impone evitar comida rápida y empaquetada para recuperar el protagonismo de la elaboración artesanal lenta y cuidar la microbiota tomando los alimentos de nuestro entorno de la manera tradicional. Digamos que hemos de preguntar a los abuelos qué hemos de comer y desatender modas y publicidad sobre los alimentos.