Accidente de feria
El Consistorio responde así a las críticas de la oposición, que se pregunta por qué no precintó la atracción si carecía de autorización.
La noche del 1 de agosto, el Ayuntamiento de Vigo remitió un documento en el que se desautorizaba la instalación del Saltamontes en las fiestas de Matamá por falta de papeles. Pese a ello, la atracción siguió en marcha hasta el día del fatal accidente.
Responde con un comunicado el Consistorio vigués a las críticas recibidas por parte de la oposición e insiste en que ese informe le fue remitido también al propietario del Saltamontes. La atracción, en cualquier caso, continuó activa. Y, de nuevo el PP y el BNG reclaman explicaciones al Ejecutivo de Abel Caballero para conocer por qué no se precintó la estructura si carecía de autorización. Acusan al Ayuntamiento de "dejación de funciones".
Mientras se han conocido estos nuevos datos, la investigación continúa. No han trascendido informaciones al respecto y el Saltamontes es ya la única estructura de feria que continúa en el campo de la fiesta. Tras suspenderse todas las actividades, el resto de trabajadores del sector abandonaron la zona y solo permanece esa atracción, custodiada por la Policía Nacional y precintada.
Para conocer lo que pudo pasar la madrugada en la que Iván Castaño, de 36 años, perdió la vida por un fuerte golpe en la cabeza al desprenderse uno de los brazos de la atracción y pegar contra el suelo, habrá que esperar. Al tiempo, son ya varios los testimonios que aseguran que el Saltamontes estaba dañado antes del suceso.
Eva Costas, asistente a la fiesta, incide en una imagen que le "quedó grabada". La atracción "echaba humo antes de que pasase todo", explica. Además, dice que vio a varios feriantes accediendo a la trampilla del eje central para intentar solventar el problema. Aun así, continuaron con la actividad.
Es más, algunas familias, conscientes de lo que estaba pasando, "decidieron no subir a la atracción pese a tener la entrada pagada. No era seguro", insiste esta vecina.
El cuerpo de Iván Castaño ya descansa en el cementerio de su pequeña localidad natal, en la provincia de Ourense. Mientras, continúan las investigaciones y el juzgado de Vigo ha ordenado que se realicen nuevas diligencias para esclarecer lo ocurrido.
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