Coronavirus
La historia de Elsa y su bebé recién nacida es una historia de lucha, de fortaleza y sobre todo de vida, una vida que el coronavirus se empeña en intentar arrebatarnos pero que reencuentros como el de esta madre con su hija nos recuerdan que se puede vencer la pandemia de COVID.19.
Iba a ser su mejor regalo de Reyes, sin embargo, el coronavirus ha postergado un mes el primer abrazo a su bebé. El pasado 5 de enero Elsa entró en el paritorio en Reino Unido esperando conocer a su hija en unas horas, pero todo fueron complicaciones.
Elsa estaba gravemente enferma por coronavirus y los médicos del Hospital de Kingston advirtieron que el bebé le presionaba los pulmones y comprometía su respiración, había que hacer una cesárea.
Elsa recuerda que estaba "aterrorizada", pidió a las enfermeras que le diesen una mano cada una mientras el médico hacía lo posible por salvar la vida de su pequeño y la de ella. La intervención sale bien, pero no hubo tiempo para la calma ya que el bebé solo pesó 1,5 kg y necesita entrar en la incubadora de inmediato.
La madre regresa a la UCI para ser conectada día y noche a un ventilador, cuatro semanas después cuando despierta sus primeros pensamientos son para su pequeña y un mes después de lo previsto, Elsa sí puede notar el agarrón más bonito y dulce del mundo.