La familia de Bob Saget demanda a las autoridades para evitar "un daño irreparable" con los detalles de su muerte
NÚMERO DE SERIE
¿Cómo es posible que haya logrado semejante éxito una serie que rezuma ADN de guilty pleasure en todas sus líneas de diálogo? Principalmente por dos motivos: uno de ellos es la falta de competencia de los jueves a las 22 horas, donde la serie protagonizada por Viola Davis se ha impuesto todas las semanas a 'Elementary' (CBS) y 'Parenthood' (NBC). La otra razón hay que buscarla en la propia Viola Davis, una actriz soberbia y que está muy por encima del nivel global de la serie, tanto a nivel interpretativo como de guión y argumento.
Con todo, la serie se estrenó con 14 millones de espectadores (3,8 puntos en público de 18 a 49 años) y se ha despedido con 9 millones de espectadores (2,8 puntos en 18/49). Es lógico que las series bajen a medida que transcurren los episodios, pero si se tiene en cuenta que la primera temporada ha tenido 15 episodios, el desgaste es más pronunciado del habitual.
La serie ha terminado como comenzó, con un lío monumental de tramas, asesinatos y miles de mentiras a punto de ver la luz. Mucho se van a tener que trabajar el equipo de guionistas las tramas de la segunda temporada, en especial si la serie se alarga hasta los 22 ó 24 episodios habituales. La muerte de Rebecca no es suficiente como argumento principal de la temporada y los casos en los que la profesora Annalise ejerce de abogada defensora no tienen la fuerza que se necesitan para este tipo de series; son, cuánto menos, predecibles.
La serie ha funcionado porque tiene a una actriz protagonista que se come la pantalla y que es capaz de quitarse sus pestañas postizas, desmaquillarse y arrancarse la peluca frente al espejo. Una actriz, que no tiene miedo a aparecer vulnerable y poco atractiva en pantalla, pero que no es suficiente para que una serie se mantenga en antena.
En función de la competencia del año que viene y de cómo se desarrolle la trama principal de la temporada, 'How to Get Away with Murder' tendrá mayor o menor futuro. De momento, hemos asistido a uno de los 'guilty pleasures' más locos y con menos sentido de la televisión actual. "Shondaland", no sabemos cómo, vuelve a engancharnos a sus dramas intensos y edulcorados.