LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES
En perros adultos no suele provocar mayores problemas, pero en perros jóvenes y en cachorros hay que seguir de cerca la evolución ya que puede desencadenar en bronquitis e incluso ser necesaria la hospitalización para estabilizar la saturación.
¿Los perros pueden llegar a resfriarse?
Llega el otoño y con él los cambios bruscos de temperatura. Pasamos de estar a 25 grados en mitad del día a escasos 10 grados por la noche. Si a estas alternancias en el mercurio le añadimos la vuelta al cole, la mitad de los niños y, por lo tanto los padres, están con estornudos y tos.
Pero ¿y nuestras mascotas? ¿También se resfrían? La duda surge el día que oímos a nuestro perro toser o sentimos que le gotea "agua" de la nariz. Ese compañero loco que no para de perseguirnos está tirado en su camita y nos mira con cara lastimosa.
Pues sí, aunque no van al cole, el otoño es una mala época para nuestros peludos compañeros. No es tanto que les afecte los cambios de temperatura como la alternancia de días de lluvia y fresco con días de sol. Los virus de la gripe y catarro común de humanos conviven con los virus de la "gripe del perro" o Traqueítis Infecciosa Canina. Son virus de las mismas familias y, por lo tanto, cuando unos afloran, los otros también andan por el ambiente.
La principal característica de estos virus es que se transmiten rápidamente entre individuos, necesitando un vehículo húmedo ya que son muy sensibles a la sequedad ambiental y al calor.
Lamentablemente, cuando un perro comienza con síntomas, es inevitable que los vecinos caninos a los 2,3 días estén con los mismos síntomas.
Los pipi-canes y parques de perros son el ambiente perfecto para que la enfermedad se extienda y los veterinarios pasamos de tener un par de casos aislados a atender a 25 perros de tres calles vecinas.
¿Qué síntomas tienen?
Lo más importante es identificar que nuestro perro esta malo para evitar que se ponga peor y que no tenga contacto con otros animales y así no extender la infección.
Lo más característico es la tos, seca y con carraspera, como si tuvieran algo atascado en la garganta. Se ponen tan nerviosos en ese intento por “rascarse” la garganta que suelen terminar en una arcada con incluso expulsión de contenido blanco. La explicación de esta sintomatología es que los virus se replican en las células de la garganta y tienen sensación de picazón y molestia al deglutir.
En esos primeros días suelen dejar de comer y no es raro que incluso tengan unas décimas de fiebre.
Otra característica que no siempre tenemos en cuenta es que los perros necesitan jadear para controlar su temperatura corporal. Durante el juego, la excitación, el nerviosismo o el paseo, el jadeo es más intenso y empeora la irritación de la garganta, por lo que es muy importante evitar los juegos y paseos largos estos días.
La visita al veterinario es obligada ya que según sea su auscultación se determinará si hace falta administrar algún antiinflamatorio, antitérmico o incluso algún antibiótico.
En perros adultos no suele provocar mayores problemas, pero en perros jóvenes y en cachorros hay que seguir de cerca la evolución ya que puede desencadenar en bronquitis e incluso ser necesaria la hospitalización para estabilizar la saturación.
No todos los años hay la misma incidencia, por lo que es importante vacunar a nuestra mascota
No todos los años hay la misma incidencia en esta enfermedad ni con la misma virulencia.
Este año 2021 hemos sufrido un brote importante en primavera, acentuado también por la gran afluencia de cachorros venidos de países del este en cuestionables condiciones sanitarias.
No llevamos aún ni un mes de otoño y ya estamos empezando a tener bastantes casos, con brotes en algunos barrios bastantes numerosos. Todo parece prever un final de año complicado a este respecto.
La buena noticia es que existen varias vacunas para prevenir esta enfermedad. En las residencias y hoteles caninos es de obligatoria ya que son un foco importante de transmisión. A los animales que pasan temporadas en esos centros, se les administra una vez al año y están inmunizados, con lo que aún contagiándose, la sintomatología es leve o inapreciable.
Si un año es recomendable incluir esta vacuna en los gastos veterinarios de nuestra vacuna, sin duda parece que la temporada 21/22 es una de ellas ya que está provocando más de un quebradero de cabeza a muchos propietarios que de la noche a la mañana se encuentran con una sinfonía nocturna de toses y arcadas que dura entre 5 y 10 días.