BOTULISMO
La miel es un alimento muy utilizado y que consideramos seguro por ser natural, pero cuando hablamos de miel sin pasteurizar surgen dudas sobre su seguridad en embarazadas. Vamos a ver qué dice la evidencia y qué recomendaciones debemos seguir.
Durante el embarazo es importante tener ciertas precauciones con los alimentos para evitar infecciones, principalmente con aquellos de origen animal que consumimos en crudo. Se suele hablar mucho de los quesos o de los embutidos, pero muy poco de un alimento tan común en muchas despensas como la miel.
Durante el embarazo es esencial extremar las precauciones con los alimentos sin pasteurizar, incluida la miel cruda. Aunque el riesgo es bajo, las posibles complicaciones pueden ser graves. Optar por versiones pasteurizadas de todos estos productos es la opción más segura.
La miel sin pasteurizar (o cruda) es aquella que no ha sido calentada ni filtrada para eliminar los microorganismos. Es cierto que conserva más compuestos naturales, pero también puede contener levaduras, bacterias o esporas, entre ellas Clostridium botulinum.
Sí, la recomendación más prudente es evitar la miel cruda durante el embarazo. El riesgo principal está relacionado con la posible presencia de esporas de Clostridium botulinum, bacteria que produce la toxina del botulismo y que podría causar efectos graves en la madre y el feto.
Aunque el riesgo real en adultos sanos es muy bajo, durante el embarazo es recomendable tomar precauciones, ya que:
La recomendación de evitar la miel cruda forma parte de una lista más amplia sobre alimentos sin pasteurizar. Durante el embarazo, es importante evitar cualquier producto no pasteurizado debido al riesgo de infecciones graves que pueden afectar al feto como listeriosis, salmonelosis o E. coli. El Ministerio de Sanidad incluye una lista amplia de alimentos a evitar, entre los que podemos encontrar: